
Coducción
Multas de hasta 200 euros por esta costumbre de los conductores españoles
Esta sanción no buscan únicamente castigar al conductor, sino disuadir un hábito muy común al volante

¿Cuántas veces has tocado el claxon solo para saludar o protestar en medio del tráfico? Lo que para muchos conductores es una costumbre cotidiana, y aparentemente inofensiva, puede acabar saliéndote muy caro.
La Dirección General de Tráfico lo deja claro, pitar sin justificación está prohibido y puede acarrear sanciones de hasta 200 euros.
Aunque no lo parezca, el uso indebido del claxon no solo contribuye al caos sonoro en las ciudades, sino que también vulnera normas concretas del Reglamento General de Circulación.
Llevar un claxon ilegal, usar uno imitando sirenas prioritarias o circular sin él también puede suponer una multa considerable.
¿Cuándo está prohibido pitar?
El Reglamento General de Circulación (artículo 110) prohíbe el uso del claxon para saludar, protestar por errores ajenos, animar al coche de delante que el semáforo está en verde, o cualquier uso que no ayude a evitar un peligro real en la vía.
Asimismo, está prohibido pitar en zonas señalizadas con la señal R‑310 o R‑319 , como áreas cercanas a hospitales o residencias de mayores.
En este caso, la multa puede ascender a 80 euros. El mismo importe se aplica si se emiten sonidos estridentes o prolongados que resulten molestos o innecesarios.
Además, hay situaciones específicas aún más penalizadas. Circular con una señal acústica no autorizada, como sirenas o claxones similares a los de vehículos de emergencia, puede implicar una sanción de hasta 200 euros.
Esta misma cantidad se impone si el vehículo carece de claxon en buen estado o no cumple con los requisitos técnicos obligatorios.
¿Cuándo sí se puede pitar?
El Reglamento General de Circulación contempla únicamente tres situaciones en las que se permite legalmente el uso del claxon.
La primera es para advertir de un posible accidente, especialmente en condiciones de baja visibilidad, como curvas cerradas o calles estrechas.
En segundo lugar, está autorizado en vías interurbanas para indicar a otro conductor que se va a realizar un adelantamiento. Por último, el uso del claxon también es válido para los vehículos prioritarios en situaciones de emergencia, siempre combinado con las luces de emergencia o señales luminosas correspondientes.
Fuera de estos casos, cualquier otro uso puede ser sancionable.
Sanciones frecuentes en ciudad
Aunque muchas personas lo ignoran, situaciones muy comunes pueden terminar en multa. Por ejemplo, tocar el claxon al segundo de cambiar un semáforo a verde para apurar al coche de delante es motivo suficiente para recibir una sanción de 80 euros.

Lo mismo ocurre si se pita para que un vehículo se mueva en un atasco o para manifestar molestia ante una maniobra ajena.
En zonas urbanas con señalización de prohibido uso de señales acústicas, un solo pitido puede ser sancionado.
También se han registrado casos de sanciones por utilizar claxones modificados, con tonos más agudos o similares a los de sirenas, especialmente en vehículos particulares que pretenden imitar a los servicios de emergencia.
Una medida contra el ruido y por seguridad
Las multas no buscan únicamente castigar al conductor, sino disuadir de un hábito que genera contaminación acústica y puede provocar distracciones o incluso sobresaltos en la conducción.
En ciudades grandes, donde el tráfico ya es caótico de por sí, el ruido innecesario agrava la situación y afecta al bienestar de quienes viven o trabajan cerca de vías transitadas.
Además, el uso indebido del claxon puede provocar reacciones imprevisibles en otros conductores, generando situaciones de tensión o conflictos en carretera. Por todo ello, las autoridades insisten en respetar las normas y limitar el uso del claxon a los casos estrictamente permitidos.
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