Moda

Ni calzoncillos ni bragas: el “binder” y la “trucadora”, las prendas íntimas de los transexuales

Silvia Matos es la creadora de Translingerie, una marca que produce ropa interior para hombres y mujeres trans y que se adapta a las necesidades de cada cuerpo

Una encuesta realizada en Reino Unido descubrió que una de cada 10 mujeres británicas no se cambiaba la ropa íntima todos los días… sino que esperaba dos o tres días para hacerlo
Una encuesta realizada en Reino Unido descubrió que una de cada 10 mujeres británicas no se cambiaba la ropa íntima todos los días… sino que esperaba dos o tres días para hacerlolarazon

Silvia Matos es la creadora de Translingerie, una marca que produce ropa interior para hombres y mujeres trans y que se adapta a las necesidades de cada cuerpo

El primer episodio de la serie Mad Men ya dilucida bastante lo que es el concepto de publicidad; en una conversación Don Draper, el protagonista, explica que “la publicidad está basada en una cosa: felicidad”. Y, además, lo ejemplifica: “¿Sabes lo que es eso? El olor de un coche nuevo. La libertad frente al miedo”. Esta última frase es especialmente significativa: para crear hay que hacerlo fuera del miedo, siempre dentro de unos marcos éticos y sociales, pero desprendiéndose de todo aquello que pueda frenar el proceso creativo. Por eso, felicidad es, en parte también, poder demandar un producto que a uno le haga feliz y que se encuentre en el mercado; y, además, poder disfrutarlo sin miedo a las malas lenguas.

Translingerie es una marca de ropa íntima para gente transexual que nace “por una necesidad propia”, cuenta Silvia Matos, la creadora e impulsora de la marca. “Estaba estudiando diseño de moda cuando hice la transición y busqué prendas que se adaptasen a las necesidades íntimas que yo necesitaba. Y no había”, continúa. Con Silvia gana muchos enteros la frase “Si no encuentras tu camino, háztelo”: “Un día vi que un modelo contaba con unos materiales que se adaptaban a mí. Así, desde hace cinco años comencé a hacer estas prendas y ahora las estoy comercializando por todo el mundo”, prosigue.

Cada cuerpo, sea del género que sea, tiene unas proporciones diferentes; por ello, Translingerie oferta sus productos a medida, para que nadie tenga problemas a la hora de orientarse por el tallaje: “Cada persona es un cuerpo: necesitamos que cada persona se sienta agusto con lo que va a vestir”. Además, los productos ofertados son de una más alta calidad que la amplia mayoría de productos del mercado: “Las batas, por ejemplo, no tienen nada de especial. Pero como por desgracia el 90% de las chicas transexuales se dedica a la prostitución muchas compras batas para recibir a sus clientes y estas son de muy mala calidad. Nosotras buscamos hacer diseños más bonitos para que las mujeres se sientan bien con sus clientes”.

Pero, ¿cómo funcionan estas prendas de ropa y qué tienen de diferente de las convencionales? “Los calzoncillos vienen con un saquito de mentira para donde viene un pene falso: los hombres transexuales quieren marcar paquete a la hora de vestir y así se sienten mejor” -evalúa la empresaria, y continúa- “Para nosotras, los tangas tienen una función diferente: como lo que buscamos es ocultar, esta lencería sujeta las partes íntimas y evita que se salgan por los lados”, describe. A estas prendas se les conoce como “trucadoras”. Además, también hay otro elemento: el binder: “Son camisetas compresoras que sirven para ocultar lo que es el pecho antes de someterse a la mastectomía”.

Sobre sus objetivos tanto como mujer como dueña de un negocio, Silvia lo tiene claro: “Empresarialmente estamos creciendo: vamos a llevar la producción fuera de España para empezar a hacerlo en cadena y que los productos sean elaborados por mujeres transexuales de India; como mujer, por ahora seguir trabajando y seguir creciendo”. Que así sea: no es fácil hacer feliz a alguien a través de la ocultación, pero... ¿Y si eso ayuda a uno mismo a sentirse mucho más cómodo y querido consigo mismo y le hace sentirse tal y como es?