Educación

Los colegios británicos no deben enseñar a los estudiantes que pueden cambiar su identidad de género y deben evitar conversaciones “explícitas” sobre sexo hasta que cumplan 13 años

Los padres conservarán el derecho de retirar a los alumnos de la educación sexual a menos que existan circunstancias “excepcionales”

Unos niños británicos de primaria fotografiados durante una clase
Unos niños británicos de primaria fotografiados durante una claselarazon

Los colegios británicos no deben enseñar a los estudiantes que pueden cambiar su identidad de género y deben evitar conversaciones “explícitas” sobre sexo hasta que cumplan 13 años. Asimismo, los padres conservarán el derecho de retirar a los alumnos de la educación sexual a menos que existan circunstancias “excepcionales”. Estas son las claves de la guía que presentará este jueves el Gobierno del Reino Unido sobre relaciones, educación sexual y orientación sanitaria en las escuelas en lo que supone la primer revisión de esta materia en casi cinco años.

La cuestión trans lleva tiempo protagonizando la agenda política del Reino Unido, donde existe gran preocupación tras denunciarse que a los menores se les está permitiendo cambiar de género en la escuela sin el conocimiento o consentimiento de sus progenitores. En la última década, los estudiantes que han sido derivados para iniciar cambio de género han pasado de 250 a más de 5.000.

Al primer ministro conservador, Rishi Sunak, le preocupa que esta cuestión esté “integrada” en las escuelas como un hecho indiscutible, ya que lo considera un área muy controvertida. Cree que enseñar a los menores sobre ella podría tener implicaciones “perjudiciales”, por lo que, llegado el caso, las autoridades piden enseñar datos “biológicos” sobre el sexo.

Por otra parte, la guía también impondrá límites de edad a la educación sexual por primera vez, para abordar las preocupaciones de que los niños estén expuestos a material sensible antes de que estén preparados. Establecerá que los niños no deben recibir ningún tipo de educación sexual en la escuela primaria hasta que tengan nueve años. En esa etapa, la información debe limitarse a los hechos básicos de la concepción y el nacimiento, junto con lo que necesitan saber para mantenerse seguros, incluidos los “límites apropiados” y cómo informar sus inquietudes. Las discusiones explícitas sobre actos sexuales no deben tener lugar los 13 años y esto incluye conversaciones sobre anticoncepción, infecciones de transmisión sexual y aborto.

La violencia doméstica, el control coercitivo y la violencia sexual tampoco deberían discutirse hasta que los niños tengan 13 años. Las conversaciones detalladas sobre la pornografía y cómo puede llevar a que los niños tengan una visión “distorsionada” de sí mismos deberían retrasarse hasta cumplir esta edad. A partir de los 11 años, se les enseñará que enviar desnudos o imágenes de alguien menor es un posible delito penal.

La guía para colegios se publica después de que el pasado mes de abril se conociera el esperado informe sobre cómo el Sistema Nacional Público británico (conocido como NHS) debe tratar a niños y adolescentes con disforia de género, tras registrarse un “insólito incremento de casos” donde a los menores se les está derivando de manera apresurada a iniciar un proceso de cambio sin analizar antes si tienen problemas de salud mental o han experimentado abusos.

El Ejecutivo pidió a la reputada pediatra Hilary Cass realizar una evaluación y, después de casi cuatro años de trabajo, la experta recomendó alejarse de un enfoque medicalizado para afrontar una vía de tratamiento más holística donde se puedan considerar las cuestiones de género junto con otros posibles problemas en la vida del niño. La doctora detectó que una alta proporción de menores que no querían ser niñas eran autistas, muchos tuvieron una infancia problemática o habían estado bajo tutela y otros eran homosexuales.

Las recomendaciones provisionales de Cass - expresidente del Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil - ya han tenido un impacto significativo en la evolución de esta área de la atención sanitaria. Su informe publicado en febrero de 2022 provocó el cierre del Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (Gids), que será ahora sustituido por dos centros regionales: el Great Ormond Street, también en Londres, y el Alder Hey, en Liverpool. El NHS espera poder llegar a crear unos siete u ocho centros regionales más en los próximos dos años, que, no obstante, no podrán recetar tratamientos bloqueadores de pubertad.