Investigación
Un nuevo mecanismo para suprimir las enfermedades autoinmunes
A nivel global se conocen cerca de 80 de estas dolencias y la mayoría de ellas no tienen cura
La teoría indica que un sistema inmunológico sano defiende al cuerpo contra enfermedades e infecciones. Pero la realidad es mucho más compleja y hay decenas de interacciones que pueden modificar esto. Por ejemplo, si nuestro sistema inmune no funciona correctamente, ataca por error a células, tejidos y órganos sanos. Estos ataques son la causa de las enfermedades autoinmunes y pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, debilitando su función y poniendo en peligro la vida.
Hasta la fecha, se han identificado más de 80 enfermedades autoinmunes. Algunas son bien conocidas, como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple, el lupus y la artritis reumatoide, mientras que otras son raras y difíciles de diagnosticar. Eso provoca que los pacientes pueden sufrir años antes de recibir un diagnóstico adecuado. La mayoría de estas enfermedades no solo no tienen cura, también requieren tratamiento de por vida para aliviar los síntomas.
Para comprender mejor los mecanismos detrás de estas enfermedades, un equipo internacional formado por científicos de Stanford y Yale ha realizado un estudio poblacional y ha descubierto detalles sobre cómo el sistema inmunológico previene la producción de anticuerpos que pueden reconocer y dañar los tejidos sanos del propio cuerpo. El estudio, publicado en Journal of Experimental Medicine (JEM), también revela cómo este proceso se ve afectado en trastornos autoinmunes como la esclerosis sistémica y el lupus eritematoso sistémico y sugiere nuevas estrategias potenciales para tratar estas enfermedades.
Todo comienza con las células B, un tipo de glóbulo blanco que ayuda a combatir infecciones al producir anticuerpos capaces de reconocer moléculas extrañas, particularmente aquellas que generan bacterias y virus. El problema es que algunas células B no desempeñan adecuadamente su trabajo y generan los mismos anticuerpos que luchan contra los virus o las bacterias, pero lo hacen contra células sanas y, en ese momento, es cuando se desencadena una enfermedad autoinmune.
Para ayudar a evitar que esto suceda, el sistema inmunológico intenta eliminar las células B defectuosas exponiéndolas a autoantígenos a medida que se desarrollan en la médula ósea. En pocas palabras, si nuestro cuerpo detecta el fallo de las células B, intenta corregirlo. Se cree que este proceso, conocido como tolerancia central, está controlado por los receptores de células B (BCR) cuando se están desarrollando. Las células con BCR que se unen a autoantígenos y se eliminan antes de que puedan salir de la médula ósea y entrar en la circulación. En pocas palabras, se suicidan.
Sin embargo, en el nuevo estudio, liderado por Eric Meffre y Franck J. Barrat, los autores señalan que en el mecanismo también está implicado un receptor llamado TLR9. Este receptor se encuentra dentro de las células y se activa uniéndose a fragmentos de ADN.
El equipo de Meffre descubrió que, cuando se agota el TLR9, todo el mecanismo se altera y hace que el sistema inmune reaccione atacando las células sanas. A esto, hay que sumarle que la actividad de TLR9 también se reduce en las células B de pacientes con esclerosis sistémica, una enfermedad autoinmune que daña la piel, las articulaciones y los órganos internos. Lo mismo ocurre con aquellas personas afectadas por lupus.
Los autores determinaron que la causa de esta cascada contra el sistema inmune se basa, en parte, en los niveles de una proteína llamada CXCL4. En pacientes con esclerosis sistémica y lupus, esta proteína está en niveles muy altos.
«Nuestros datos desafían el paradigma actual de que la señalización BCR por sí sola es responsable de eliminar las células B dañadas –concluye Meffre–. La actividad de TLR9 es también responsable y corregir esta función defectuosa en pacientes con esclerosis sistémica y quizás otras enfermedades autoinmunes, puede representar una nueva estrategia terapéutica para restaurar el equilibrio».
Evidencia científica
De acuerdo con un estudio publicado en «The Lancet», los trastornos autoinmunes afectan actualmente a, aproximadamente, una de cada diez personas, es decir, a un 10% de la población. Pero, entre ellas, hay diferencias importantes a destacar: hay distinciones socioeconómicas, estacionales y regionales. Pero la sorpresa de este análisis es que afecta al doble de mujeres que de hombres. El estudio, liderado por Nathalie Conrad, de la Universidad de Oxford, analizó un total de 22 millones de voluntarios y puntualiza que no se pueden abordar estas dolencias desde una sola perspectiva, ya que son muchos los factores determinantes.
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