Premios Nobel

Los nuevos fármacos frente a la obesidad, favoritos para el Nobel de Medicina

Los investigadores de esta nueva familia de medicamentos recibieron el Lasker y el Princesa de Asturias este año. Ambos galardones se consideran la antesala de los Nobel

Una persona utilizando Ozempic, en Madrid (España).
Una persona utilizando Ozempic, en Madrid (España).Ricardo RubioEuropa Press

Mañana arranca la semana de los Nobel. A lo largo del día será revelado el ganador del de Medicina. y hay claros favoritos.

Optar al galardón más importante del mundo en las distintas categorías es un privilegio de unos pocos, pero las probabilidades de llevarse uno a casa en el ámbito de la ciencia y la investigación aumentan si se cuenta ya con un premio Lasker, un Breakthrough, un Princesa de Asturias o un Fronteras del Conocimiento.

Es el caso de los científicos Joel Habener, Svetlana Mojsov y Lotte Bjerre Knudsen, responsables del descubrimiento y desarrollo de los agonistas del receptor del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), la familia de medicamentos que han revolucionado el tratamiento de la obesidad.

Los trabajos desarrollados por Habener y Mojsov dieron pie a la identificación y caracterización del péptido GLP-1 (glucagon-like peptide). Ambos fueron reconocidos con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024. Knudsen hizo posible el desarrollo de liraglutida, el primer medicamento con GLP-1 aprobado para una indicación de pérdida de peso.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó la liraglutida para controlar los niveles de azúcar en sangre en la diabetes de tipo 2 en 2009, y la agencia reguladora estadounidense (FDA) lo hizo al año siguiente. Esta molécula se convirtió así en el primer fármaco basado en GLP-1, y en el inicio de una nueva era de tratamientos contra la obesidad sobre cuyas aportaciones hay nueva evidencia científica casi a diario.

Más allá de la obesidad

Estos medicamentos han supuesto una auténtica revolución. Antes de su desarrollo, los especialistas no contaban con ningún tratamiento realmente eficaz a largo plazo para la obesidad.

Además, han demostrado utilidad en muchas otras patologías, responsables de las mayores cifras de morbi-mortalidad a nivel mundial. Por ejemplo, la reducción de mortalidad cardiovascular, ya que mejoran la función mitocondrial y disminuyen el riesgo cardiovascular en personas con diabetes y obesidad. También en la prevención de la enfermedad renal crónica.

Y no son los únicos. Actualmente, se investiga si los fármacos antiobesidad como semaglutida y tirzepatida tendrían otro "super poder" adicional: suprimir la inflamación. Si los resultados son positivos, se podrían usar en enfermedades neurodegenerativas como el parkinson y el alzhéimer.

Sus competidores para el Nobel de Medicina son las investigaciones sobre los ganglios basales –partes del cerebro asociadas al control de la motricidad y las emociones– y el hallazgo de la huella genética, que permitió comprender mejor el desarrollo de los mamíferos.

La edición de 2023 recompensó el trabajo de la investigadora húngara Katalin Kariko y de su colega estadounidense Drew Weissman por el desarrollo de las vacunas basadas en el ARN mensajero, decisivas en la lucha contra la covid.