Tolerancia

Odio con delito

¿Cómo se puede lesionar, amenazar o violentar a personas que no hacen daño a nadie? Debajo de esa agitación hay una ideología, un aprendizaje que suele venir de los padres u otros grupos sociales

GRAFCVA4232. VALENCIA, 24/06/2023.- La marcha del Orgullo 2023 reivindica este año que no se den pasos atrás en los derechos LGTBI en la Comunitat Valenciana, una de las más avanzadas en legislaciones que reconocen esos derechos, en un contexto de cambios de gobierno en el que, según aseguran los colectivos por la diversidad sexual, la sociedad no quiere volver "al blanco y negro". En la imagen miles de personas participan en la marcha. EFE/Manuel Bruque
El Orgullo de València marcha para que no se den pasos atrás en los derechos LGTBIManuel BruqueAgencia EFE

Según la oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio, los motivados por orientación sexual e identidad de género aumentaron casi un ochenta por ciento desde el 2021 ¿No les parece increíble? ¿Cómo se puede lesionar, amenazar o violentar a personas que no hacen daño a nadie? ¿Por qué ese miedo al diferente?

Dicen los entendidos que el odio es un sentimiento complejo, estable y que implica una racionalización del objeto odiado. Es decir, que debajo de esa agitación hay una ideología, un aprendizaje que suele venir de los padres u otros grupos sociales que infunden ese sentimiento a través de creencias injustificadas o prejuicios sobre un grupo de personas. El racismo, la xenofobia y la homofobia son típicos casos de odio aprendido.

La política mal entendida es, diría yo, otro generador incuestionable de odios desatinados. A mí me han dicho que las cosas son así y así son, ni siquiera voy a reflexionar sobre el asunto, tampoco voy a hacer nada para salir de mi ignorancia. Porque, al final, todos los odios esconden un desconocimiento supino del otro.

¿Qué padre o madre odia a los homosexuales cuando tiene un hijo homosexual? Ninguno. Y si hay alguno que odia al hijo es que es un fanático peligroso. La inmensa mayoría de los que conocemos o tenemos cerca personas LGTBI, que somos todos, nos relacionamos con la misma empatía y afecto que con el resto. Porque estas personas son tan dignas de amar y ser amadas como el resto.

Odiar a las personas es ya en sí una desgracia para uno mismo, y qué decir para el grupo que se encuentra entre los odiados, cometer una violencia contra ellos no tiene perdón. Pues bien, los delitos probados cometidos en este ámbito han sido 459 en el 2022, que son muchos, de verdad, porque hacen pensar que hay demasiados que creen que los otros son inferiores, indecentes o bestias. La deshumanización es alarmante. Como la ignorancia de no saber que yo también soy el otro.