Vivienda

Los okupas convierten las casas asaltadas en pisos turísticos en Mallorca: “Dos habitaciones en un mismo alojamiento”

El 40% de las viviendas de las islas anunciadas para alquiler turístico en plataformas como Airbnb o Booking son ilegales

BILBAO, 30/07/2025.- Una persona entra en un edificio donde anuncia pisos turísticos VT, este miércoles en Bilbao. La plataforma de alojamientos AirBnB ha confirmado que ha retirado 703 anuncios que no tenían número de registro, tras el requerimiento que hizo en junio el Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. El Ejecutivo autonómico ha recordado que las viviendas turísticas deben contar con número de registro según la normativa de turismo. Al incumplir ese requisito l...
Entrada a un piso turísticoLUIS TEJIDOAgencia EFE

La okupación, necesidad o negocio. Esa es la gran duda al conocer la naturaleza de muchos de los casos. Aunque la actividad es delictiva de igual manera, moralmente no es lo mismo que alguien entre en una casa para evitar dormir en la calle que para sacar beneficio económico cuando tiene más opciones e incluso cuenta con alguna vivienda a su nombre. Los casos son muy variados, pero hay algunos que llaman especialmente la atención.

Algunos de los más llamativos se dan en zonas en las que las viviendas tienen un especial valor por el turismo. Una de ellas es Baleares, donde 40% de las viviendas de las islas anunciadas para alquiler turístico en plataformas como Airbnb o Booking son ilegales. El pasado junio Airbnb y el Consell completaron un acuerdo en el que la conocía página aceptaba retirar anuncios "manifiestamente irregulares". Sin embargo, los casos se siguen dando y uno de ellos lo revela 'ElPeriódico'. Todo ocurrió con una familia que tiene un chalet en El Arenal.

Okupados antes de la venta

Todo se desató cuando, tras siete años con un inquilino, la familia decidió poner el piso a la venta. Para ello, lo adecuaron pintándolo y arreglando algunos desperfectos. Una vez completado este paso, lo pusieron a la venta en una plataforma, pero pronto se llevaron una amarga sorpresa: se había cambiado la cerradura y vivían dentro tres hombres y un perro. Se dieron cuenta al intentar entrar después de que un familiar observara que había algunas baldas rotas junto a la puerta del inmueble.

La Policía acudió hasta el lugar, sin obtener respuesta. Uno de los okupas se quedó en el lugar y resultó ser un conocido de la familia, algo que él no sabía, alegando haber pagado 7.000 euros a un hombre argelino. Su argumento fue el siguiente: "Le pagué porque me demostró que ya llevaba con ella un par de días y según la ley una vez cumplen las 72h no te pueden echar, hasta con alarma me la dio", explicaba. El okupa mostró el documento firmado e incluso pidió unas llamativas disculpas: "Obviamente no sabía que era tuya. Si no, no se la hubiera comprado". Sin embargo, no aceptaba marcharse.

Una sentencia rápida

Aunque el okupa alega haber comprado el piso, los propietarios tienen claro el motivo del pago: "Por haber forzado la puerta, cambiado la cerradura e instalado cámaras y una alarma". El juicio decretó el lanzamiento en 15 días, además de una multa compensatoria para alivio de los propietarios tras medio año: "Aún tuvimos suerte, fue más o menos rápido", afirmaban. En cambio, todavía siguen los okupas al haber recurrido.

Sin lanzamiento y realquilada

Cuando todo parecía resolverse, todavía quedaba un capítulo más en el drama de esta familia. Vecinos de la zona vieron y grabaron a personas salir con maletas de la vivienda en varias ocasiones. Siguieron investigando y descubrieron que su vivienda estaba en una de las conocidas plataformas de alquiler de pisos turísticos. Más concretamente, se ofertaban dos de las habitaciones de la casa por un módico precio mínimo de 300 euros por noche.

La curiosa descripción de la supuesta anfitriona es la siguiente: "Dos habitaciones en un mismo alojamiento con acceso a todas las zonas de la casa: terraza, salón, comedor, cocina, área de lavado... lugar muy céntrico al lado de la casa del jamón". Lo más llamativo es que esa persona también oferta pisos en la zona de La Habana. La familia avisó de lo sucedido al departamento de Turismo del Consell la última semana de agosto y esta semana denunciarán la situación en Airbnb. Mientras tanto, el anuncio sigue publicado y el negocio, a la vez que el drama, continua.