Alerta sanitaria
La OMS informa de un aumento inusual de casos de septicemia grave en bebés en Francia
El rápido y grave deterioro de los recién nacidos, el alto nivel de mortalidad y el hecho de que la variante del patógeno no se había visto antes en el país han alertado al organismo internacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó ayer sobre un incremento inusual de casos de septicemia grave neonatal relacionada con enterovirus- una familia de patógenos que causan fiebre, dolor de cabeza, enfermedad respiratoria, dolor de garganta y, a veces, llagas en la boca o una erupción- en Francia. Según el seguimiento que se está realizando, entre julio de 2022 y el pasado abril se reportaron nueve casos de septicemia en recién nacidos en cuatro hospitales de tres regiones del país galo. El pasado 5 de mayo, siete habían fallecido y dos seguían hospitalizados, aunque su pronóstico a corto plazo ya no está amenazado, informa EFE.
El "rápido y grave deterioro del paciente", el alto nivel de mortalidad observado y el hecho de que la variante de enterovirus (E11) no se había visto antes en Francia, han alertado al Organismo que, no obstante, publicó ayer un informe en el que aclaraba que, ante la evidencia de la que se dispone, "el riesgo para la población en general es bajo, pesar de la naturaleza preocupante del aumento".
De los nueve casos reportados, ocho fueron prematuros (nacidos antes de las 38 semanas de gestación), y se trató de cuatro pares de gemelos que presentaron sepsis neonatal de inicio tardío (que ocurre después de una semana de nacimiento hasta los tres meses). Seis se notificaron en 2022 (dos casos cada uno en julio, octubre y diciembre) y tres en 2023 (un caso en enero y dos casos en abril).
Todos los casos tenían uno o más signos clínicos menos de siete días después del nacimiento, lo que sugiere una vía de transmisión de madre a hijo. La presentación clínica de estos casos se consideró atípica debido a su deterioro extremadamente rápido y la tasa de letalidad asociada.
Las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) de enterovirus de los nueve casos (incluidas muestras de sangre, frotis de garganta, frotis nasofaríngeos, muestras de líquido cefalorraquídeo y/o biopsias post-mortem) confirmaron la presencia de enterovirus, tipificado como Echovirus-11 (E-11). La infección materna por E-11 se confirmó mediante RT-PCR y genotipado de enterovirus mediante el análisis de muestras de sangre de cuatro de cada cinco madres. Todas las madres evaluadas presentaron signos gastrointestinales o fiebre dentro de los tres días anteriores o al momento del parto.
Los análisis de secuencias de todas las infecciones por enterovirus tipificados en 2022 mostraron la circulación de al menos dos linajes de origen recombinante, de los cuales el predominante incluía todas las secuencias asociadas a los nueve casos junto con secuencias asociadas a infecciones no neonatales o neonatales no graves. Se están realizando más análisis genéticos.
Según datos históricos de 2016 a 2021, E-11 representó el 6,2% (3 de 48) de las infecciones neonatales graves notificadas con tipo de enterovirus conocido, mientras que esta proporción aumentó al 55 % (11 de 20) en 2022. Dado que la infección por enterovirus distintos de la poliomielitis no es una enfermedad de declaración obligatoria en los Estados miembros, es posible que no se hayan diagnosticado ni notificado casos adicionales de infección neonatal grave por enterovirus.
Más grave en bebés
Los enterovirus son un grupo de virus que pueden causar diversas enfermedades infecciosas y son responsables de epidemias anuales. La enfermedad suele ser leve, pero se ha descubierto que afecta a los recién nacidos de manera diferente ya veces con mayor gravedad que a los niños mayores y a los adultos.
La infección transmitida por la madre durante el parto puede causar infección neonatal generalizada grave, que puede manifestarse con hepatitis o necrosis hepática, meningoencefalitis, miocarditis o una combinación de ellas, y puede ocasionar sepsis o la muerte. Los signos clínicos aparecen en el útero o en los dos primeros días de vida; en algunos casos unas pocas horas después del nacimiento.
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