Proyecto social
El padre Ángel declara la guerra a la soledad con una nueva fundación
Mensajeros de la Paz destina 7,45 millones de euros a obras sociales
Más de 7,45 millones de euros. Es la cantidad que el pasado año destinó Mensajeros de la Paz a proyectos sociales tanto en España como fuera de nuestras fronteras, una labor social que salió al rescate de 259.296 personas en 76 países, gracias a la entrega de 1.000 trabajadores y 400 voluntarios en España. «No soy muy de mirar atrás y de detenerme en lo que hemos hecho, sino que prefiero pensar en los proyectos futuros, en todo lo que nos queda por hacer para ayudar a los más vulnerables». Con estas palabras, el padre Ángel García restó importancia este martes a la labor que realiza la asociación que fundó hace ya más de seis décadas y que preside actualmente.
El sacerdote asturiano abanderó el acto de presentación de la Memoria de Actividades, que estuvo conducido por Pedro Piqueras. En el evento celebrado en Madrid también tomaron la palabra el director general, Sergio Mella, y Yolanda Fernández, beneficiaria de los proyectos de la asociación.
De los 7,7 millones de ingresos que tuvo Mensajeros de la Paz en 2023, un 55 % ha procedido de donaciones económicas y en especie, seguido de un 23 % de prestaciones de servicios a las administraciones públicas y un 17% de ingresos por prestaciones a particulares. «Hemos aumentado un 38 por ciento más los recursos que destinamos a los programas sociales, que se ha traducido en un impacto del 55 por ciento, lo que significa que hemos optimizado los recursos», remarcó Mella. A la par, apuntó que «no hemos venido a sacar pecho, porque es mucho lo que queda por hacer en favor de los más vulnerables».
El director de la entidad también explicó que la fundación ha renovado su estatus Consultivo de Categoría Especial ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y, como novedad, ha implementado un modelo de ‘Compliance’ y un nuevo código ético. Además, la asociación también está reduciendo la huella de carbono de sus proyectos.
«Mi historia es una historia real de quienes se nos rompe la vida por muchas razones y cuando esto ocurre se produce una hemorragia en el alma», relató Yolanda, que elogió «el trabajo impecable y dulce que poco a poco me suturó y reparó». Para esta mujer, la asociación se convirtió para ella en el «hogar que nunca tuve». «Los voluntarios alimentan corazones, son ángeles que te reciben, llegas con frío, con hambre, pero no sólo hambre de alimento, la mayoría llegamos con hambre de mucha soledad y de diálogo», aplaudió.
Lo cierto es que, a lo largo de este camino recorrido, Mensajeros de la Paz han ayudado a más de 65.000 niños y jóvenes, 30.500 mayores han sido atendidos en residencias y centros de día y han repartido más de un millón de desayunos para personas sin hogar.
Se da la circunstancia de que esta Memoria de Actividades coincidió con la reaparición del padre Ángel, que tuvo que ser intervenido hace unos días de una hernia. «Me jubilaré cuando sea mayor», bromeaba el cura emprendedor de 87 años, que rebajó la gravedad de su ingreso hospitalario.
El padre Ángel aprovechó su bache de salud para defender que «la peor enfermedad que hoy se puede tener, más allá de las dolencias físicas, es la soledad». Por eso, tal y como adelantó, Mensajeros de la Paz va a situar como una de sus prioridades «paliar la soledad de los mayores en sus casas, para que no se sientan solos». En este sentido anunció la creación de una fundación específica para «paliar esta situación». Aunque el foco principal serán los ancianos, también buscará alcanzar a «otras personas que, sin ser mayores, necesitan ayuda».
Otra de las campañas que destacó el sacerdote fue ‘El hambre no se va de vacaciones’, que busca recaudar 20.000 euros antes del 31 de agosto, destinados a apoyar proyectos de alimentación para personas en riesgo de exclusión. «Unidos podemos hacer un montón de cosas, las hemos hecho y las podemos seguir haciendo», expresó el padre Ángel.
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