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Personas con tartamudez piden logopedas especializados

Un taller práctico clausuró el XII Encuentro de la Tartamudez

Yolanda Sala y Adolfo Sánchez, organizadores del encuentro
Yolanda Sala y Adolfo Sánchez, organizadores del encuentrolarazon

«Es la segunda vez en mi vida que me pongo ante un micrófono. La primera fue en mi boda. Gracias a mi mujer, por tratarme con total normalidad, por su amor y paciencia. No dejéis que os callen. Va por ti, cariño». Con estas palabras se subía Enrique Sánchez al escenario del XII Encuentro de la Tartamudez, celebrado este fin de semana en Alcalá de Henares. Su historia, como la de la mayoría de los que acudieron al evento, está llena de obstáculos, pero también de logros y superación. En la vida de una persona con tartamudez, acudir a terapia se convierte en algo fundamental. De hecho, numerosas investigaciones avalan que la plasticidad cerebral permite que se mejore mucho con la rehabilitación, «entrenando» el cerebro.

Teniendo esto en cuenta, la Fundación Española de la Tartamudez cerró ayer su encuentro anual con unos talleres prácticos conducidos por un equipo de psicólogos y logopedas voluntarios de la Universidad Complutense de Madrid. Un total de diez alumnos y profesores de estas disciplinas que acudieron a las jornadas interesados por aprender y especializarse en la tartamudez y que saben que la mejor manera de hacerlo es tratando de forma personalizada a los que la sufren, ya que, según explica Beatriz Guerrero, una de las logopedas voluntarias, «la tartamudez no suele tratarse de manera específica y esto desemboca en que tampoco haya mucho conocimiento sobre la misma y su terapia». Pero algo está cambiando, tal vez gracias a organizaciones como ésta, que dan a conocer realidades que pasan desapercibidas. «Lo cierto es que en un mundo tan rápido, marcado por la tecnología, la gente no tiene paciencia, y mucho menos la van a tener con una persona con tartamudez. Por ello ahora hay una generación nueva que intenta que los pacientes nos den su propio punto de vista, para así crear una terapia personalizada», explica la logopeda. Además, enfatiza que la experiencia con la rehabilitación suele ser mala. «Los métodos antes eran repetitivos. Ahora son más personalizados, se centran en la vida del propio paciente. Un ejercicio, por ejemplo, es presentar situaciones y que el paciente regule del uno al diez el grado de ansiedad que le produce».

Ante la evidente necesidad de que se busque un método de rehabilitación satisfactorio, Yolanda Sala, vicepresidenta de la organización, pidió ayer a los logopedas una mayor especialización, así como más terapias, recordando que «si éstas no funcionan, en ningún caso es culpa del paciente».