Mascotas

Pilar Jurado: «Asistí en el parto de sus cachorros a mi perra Shiva. Fue un milagro»

La recién nombrada presidenta ejecutiva de la SGAE encuentra en su familia canina energía positiva y su momento de máxima relajación

Pilar Jurado, junto a Shiva, Groot y sus ocho cachorros
Pilar Jurado, junto a Shiva, Groot y sus ocho cachorroslarazon

Convertirse en presidenta de la SGAE no es el primer hito de esta soprano, compositora y directora de orquesta, en tanto que se convirtió en la única mujer que estrenó una ópera propia, «La página en blanco», en el Teatro Real y también la primera que lo hizo en el Teatro de la Zarzuela con «Mi diva sin mí».

Convertirse en presidenta de la SGAE no es el primer hito de esta soprano, compositora y directora de orquesta, en tanto que se convirtió en la única mujer que estrenó una ópera propia, «La página en blanco», en el Teatro Real y también la primera que lo hizo en el Teatro de la Zarzuela con «Mi diva sin mí». El sábado por la mañana, el único día posible para quedar con ella tras las jornadas maratonianas de 18 horas en la Sociedad General de Autores, llegamos a su casa, para conocer a su gran parentela canina. Que mi compañera Connie lograse reunirlos para el retrato familiar fue tarea harto complicada. No en vano, uno se cayó a la piscina, y recién vacunado como estaba podría haber enfermado. «Nacieron diez cachorros de Shiva y Groot –mis labradores– pero dos de ellos murieron, por tanto tenemos ocho y a los padres, claro. Llegaron el día de Nochebuena –prosigue–, tras un parto de 36 horas en las que no me moví de su lado», dice con ojos emocionados. «Ayudé a sacar uno a uno, rompí la bolsita de los que venían muertos... ¡era el milagro de la vida en directo! Fue precioso. Además, el primero, que es el único negro de la camada y por eso le vamos a llamar Ónix, hizo un ruido que asustó a la madre y lo rechazó. Me recomendaron que lo cobijase en mi pecho porque podía perder calor, y le tuve en mi regazo hasta que la madre consintió que se le arrimara y pudiera mamar. Luego fueron llegando los demás. Y el padre fue muy moderno para la cultura canina: no se ha separado de ella, ayudándola con los cachorros». A estas alturas, mi compañera tiene el jersey arañado, mordisqueada la bolsa del equipo fotográfico y está disfrutando como una niña con Iris y Alba, las más juguetonas. «Tendremos que colocar alguno más, aunque nos queremos quedar con el mayor número posible. Pero prefiero que vayan a lugares donde les quieran. Algo a lo que me resisto es a poner nombre a aquellos que no se van a quedar con nosotros». Dice que forman parte de la familia: que se sientan todos juntos a ver películas, «y cuando estoy tocando el piano, se quedan horas, abajo, escuchando, o a los pies de la mesa del despacho de mi pareja. Incluso cuando me levanto pronto, la madre, Shiva, ocupa mi lugar en la cama». Asegura que en este momento tan intenso que está viviendo con su reciente nombramiento como presidenta ejecutiva de la SGAE, «reencontrarme con ellos es mi momento zen, me reequilibra y me da energía positiva». La dejamos descansar. Tenía que preparar su reunión con el ministerio de Cultura –hecho que se produjo el martes– y hemos podido saber que ha habido muy buen entendimiento por ambas partes.