Reportaje

Un polémico lavado de sangre para limpiarse de microplásticos

La exposición de celebridades como Orlando Bloom a estas técnicas hace estallar a los científicos: «Es tentador creer que es como colar la pasta o purificar el agua»

Plasmaféresis, la técnica de Orlando Bloom para “limpiar” la sangre de tóxicos y microplásticos
Plasmaféresis, la técnica de Orlando Bloom para “limpiar” la sangre de tóxicos y microplásticoslr

En los últimos años ha surgido una amenaza silenciosa que amenaza el medio ambiente y la salud humana: los microplásticos. Se trata de partículas de plástico de menos de cinco milímetros producidas por la degradación de plásticos arrojados al medio ambiente hasta alcanzar un tamaño exiguo que les permite invadir los acuíferos, los peces y hasta los cultivos. De este modo llegan a nosotros a través del agua y de los alimentos. Y también del aire que respiramos.

Su omnipresencia es tal que un estudio publicado en la revista «Science» estima que un adulto promedio consume aproximadamente 2.000 microplásticos al año exclusivamente a través de la sal.

El problema es que las sustancias químicas más comunes en estos microplásticos, como el BPA, los ftalatos y los PFAS pueden imitar las hormonas humanas (los mensajeros químicos del cuerpo que controlan procesos como la reproducción, el crecimiento y el metabolismo) y la exposición a ellos aumenta el riesgo de padecer problemas de infertilidad, desarrollo fetal deficiente y cáncer, entre otras patologías.

Prohibiciones

Inicialmente se intentó prohibirlos. De hecho, en los últimos 13 años, la Unión Europea ha vetado alrededor de 2.000 sustancias químicas peligrosas (la mayor restricción de una región a nivel global), pero es apenas un 1% del total de sustancias químicas utilizadas y la mayoría de ellas se centran en productos usados en cosmética y juguetes. Por lo tanto, la pregunta es: ¿podemos librarnos de ellas?

En 2002, en el éxito global de «El Señor de los Anillos, las dos torres», el personaje de Orlando Bloom aseguraba: «Amanece un sol rojo, esta noche se ha derramado sangre». Para él resultó toda una premonición: el comienzo de una era con el peligro en la sangre, literalmente.

Y Bloom ha tomado medidas en su propia sangre. Se ha sometido un proceso de limpieza de la misma que, de acuerdo con sus esperanzas, lo liberaría de los microplásticos que lleva en su torrente sanguíneo.

La estrella de la franquicia de «Piratas del Caribe» recurrió a un tratamiento conocido como aféresis para esta limpieza. La aféresis es un procedimiento médico en el que se extrae sangre de una persona, se separa en sus componentes básicos (como glóbulos rojos, plaquetas o plasma) y luego se devuelven al cuerpo parte de esos componentes, mientras que otros se retienen o se eliminan. El proceso dura alrededor de una hora.

Partículas invisibles

En términos más sencillos, la aféresis es como un proceso de filtrado de la sangre, donde se selecciona qué componentes se quedan y cuáles se van. Habitualmente se utiliza para donar plaquetas, por ejemplo, o para tratar afecciones como enfermedades autoinmunes o niveles anormalmente altos de células sanguíneas o proteínas.

Pero Bloom lo habría usado para filtrar los microplásticos, asegurando en redes sociales que había tenido efecto, algo que la ciencia aún no ha confirmado.

De hecho, diferentes expertos han salido a la palestra para aclarar dudas y combatir bulos. Una de ellas es Tracey Woodruff, profesora de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas de la UC San Francisco, que lleva más de tres décadas investigando cómo los plásticos afectan a nuestra salud.

De acuerdo con Woodruff, este tipo de tratamientos no tiene ninguna base científica. De hecho, el tamaño de algunas partículas de microplástico es de un micrómetro, entre siete y ocho veces más pequeña que una célula humana y hasta cuatro veces más pequeña que una plaqueta. Si tuviéramos las tecnologías para diferenciar y filtrar estas partículas aun así algunas de ellas serían invisibles para nosotros.

A esto hay que sumarle otro problema, como destacan en un comunicado Rosa Busquets, de la Facultad de Ciencias de la Vida, Farmacia y Química, de la Universidad de Kingston y Luiza C. Campos, experta en ingeniería ambiental del University College de Londres. «Hemos examinado este problema en el contexto de la diálisis, un tratamiento que salva vidas en pacientes con insuficiencia renal y nuestro estudio descubrió que, si bien la diálisis es una maravilla médica, también puede tener una desventaja irónica: podría estar introduciendo microplásticos en el torrente sanguíneo. En algunos casos, descubrimos que los pacientes sometidos a diálisis estaban expuestos a microplásticos durante el tratamiento debido a la descomposición de los componentes plásticos del equipo, una contradicción preocupante para un procedimiento diseñado para depurar la sangre».

Los riesgos

El problema que señalan estas expertas es que la aféresis está estrechamente relacionada con la diálisis: ambas implican extraer sangre del cuerpo, hacerla circular a través de tubos y filtros de plástico y luego devolverla. Por lo tanto, ambos procedimientos conllevan un riesgo similar de introducir microplásticos del equipo en el torrente sanguíneo.

Lo que aún no está claro es cómo se comportan los microplásticos dentro del cuerpo: si se acumulan, cómo interactúan con los tejidos y si el cuerpo los elimina.

«Es tentador creer, como parece hacerlo Bloom, que podemos simplemente limpiar la sangre como colar la pasta o purificar el agua potable», añaden Campos y Busquets. «Al igual que un colador filtra el agua de la pasta, las máquinas de diálisis sí filtran la sangre, pero utilizan sistemas mucho más complejos y delicados», puntualizan.

Así llegamos a dos grandes problemas actuales. El primero es la capacidad de personajes famosos o influyentes de inclinar la balanza hacia tratamientos sin evidencia científica (recordad Steve Jobs y la homeopatía). Y el segundo es que, en lugar de centrarnos únicamente en formas de eliminar los plásticos del torrente sanguíneo, la estrategia más eficaz a largo plazo podría ser reducir nuestra exposición desde el principio.

Woodruff recomienda no usar plásticos en microondas, utilizar filtros adecuados para el agua en lugar de comprarla envasada, apostar, cuando sea posible, por productos orgánicos y reciclar de forma adecuada.