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Opinión

Las preguntas del semen

La regulación de las donaciones de gametos es un caos en Europa

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¿Quién soy? ¿Quienes son mis padres? ¿Qué genes llevo en mi cuerpo? Heredamos muchas características y hasta para los tratamientos de ciertas enfermedades (hermanos compatibles, por ejemplo) puede ser crucial conocer nuestros ancestros, cosa que se complica cuando interviene la donación de semen o de óvulos.

Hay países donde el debate es viejo, en Alemania, por ejemplo, los niños tienen el derecho legal de conocer a sus progenitores biológicos desde 1989, y desde 2013, la norma se extiende a los nacidos por inseminación artificial y las clínicas están obligadas a custodiar los datos más de cien años. Detrás de esta última decisión del Tribunal Supremo germano estuvo la historia de Martina, que siempre tuvo dudas de su procedencia, que se le ocultó por razones sociales muy comunes antaño. Era más alta que el resto de su familia y completamente rubia entre morenos. Sólo cuando, ya adulta, se quedó embarazada y experimentó una grave crisis psicológica de identidad, su madre le reveló que había recurrido a un donante.

Hace un mes el debate se actualizó cuando un tribunal de La Haya falló contra un hombre que había superado las 500 donaciones y que ha sido padre de cientos de europeos (en distintos países) que, naturalmente, son hermanos entre sí. Y esta semana se ha sabido que un grupo de doctores del Hospital Univesitario de Rouen (Francia) descubrió el caso de un donante con una mutación en el gen TP53 que entraña riesgo de cáncer en la descendencia, concretamente por el síndrome de Li-Fraumeni, y que habría trasladado esta herencia al 50 por 100 de su descendencia. Tras la alarma, los departamentos de genética europeos han empezado a buscar a los hijos y han localizado por ahora 67 menores en 46 familias de ocho países. La variante genética a su vez se ha aislado en 23 de los niños, que habrán de ser sometidos a observación a lo largo de los años. Diez de ellos ya tienen cáncer.

La regulación de las donaciones de gametos es un caos en Europa. Cada país tiene distintas leyes sobre el número de veces que puede donar una persona, los años que las clínicas han de guardar la documentación o el procedimiento para obtener los datos. Mientras en España está legislado el anonimato de los donantes, en Alemania se les advierte de que sus futuros descendientes podrían reclamar pensiones o herencias.

Durante años hemos concebido espermatozoides y óvulos como células reproductoras, meros engranajes de la reproducción, como tuercas de un proceso mecánico, pero el avance de la genética ha revelado un mundo complejo de consecuencias físicas y mentales. El cuerpo es un todo, con profundos anclajes y muchísimas preguntas.