Medio Ambiente
Cuarto vertido de agua radiactiva en Fukushima
Las autoridades japonesas y entidades internacionales no lo ven peligroso
Este miércoles estaba previsto que el operador de la central nuclear de Fukushima Daiichi iniciase el último vertido de agua radiactiva tratada en el océano, marcando la cuarta tanda en el año fiscal que finaliza en marzo. Esta decisión se basa en la confirmación de que este último lote de agua cumple meticulosamente, según las autoridades, con los niveles de radiactividad establecidos tanto por el gobierno central como por el operador Tokyo Electric Power Company Holdings Inc.
Las implicaciones a largo plazo de esta polémica medida están siendo analizadas y discutidas por expertos y por las comunidades costeras afectadas.
A pesar de las voces disonantes y la oposición ferviente de países vecinos como China o Corea del Sur, el proceso de descarga se inició en agosto del año pasado, mientras ha sido objeto de un intenso debate sobre su impacto medioambiental y ha generado preocupación tanto a nivel local como internacional. No obstante, el operador de la central ha enfatizado que se han tomado todas las precauciones necesarias para garantizar que el agua tratada cumpla con los estándares de seguridad establecidos y que los niveles de radiactividad han sido rigurosamente monitoreados y certificados por las autoridades competentes.
Así pues, en consonancia con las rondas de vertido previas, este miércoles comenzará el flujo de aproximadamente 7.800 toneladas de agua tratada hacia el vasto océano Pacífico, en un período que se estima durará alrededor de 17 días.
La liberación desempeña un papel crucial en el proceso de desmantelamiento de la central nuclear, que sufrió una fusión parcial del núcleo de los reactores tras el devastador terremoto y tsunami ocurridos en 2011. Tanto Tepco como el gobierno central han afirmado que esta medida es necesaria para reducir los riesgos asociados y avanzar en la mitigación de la prolongada crisis.
El agua contaminada es el subproducto resultante del proceso de enfriamiento del combustible fundido. Aunque se ha implementado un sistema de procesamiento de líquidos para eliminar la mayoría de los radionucleidos presentes, el tritio sigue estando presente en la misma. Pero al parecer, las mediciones regulares realizadas en las aguas cercanas al punto de vertido han demostrado que los niveles de tritio se mantienen dentro de los límites aceptables, lo cual es un indicador alentador en términos de la efectividad del proceso de tratamiento y dilución implementado.
Asimismo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica publicó el mes pasado su primer informe completo sobre una revisión del vertido y reafirmó que la operación se ajusta a las normas de seguridad internacionales.
En el complejo proceso de gestión de residuos nucleares, el agua radiactiva tratada ha sido sometida a un minucioso proceso de dilución con agua de mar con el objetivo de alcanzar una concentración que representa tan solo el 40% de los límites de seguridad establecidos por las regulaciones japonesas. Esta mezcla está lista para su descarga a través de un túnel submarino situado a una distancia de 1 kilómetro de la central.
Para el cuarto lote de vertido, la empresa gestora ha planificado un cambio a mejor en el procedimiento de verificación antes de la liberación.
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