El día de las familias
Prevenir, reparar y mejorar
Los Centros de Orientación Familiar de la Iglesia ayudan a superar problemas de relación y comunicación
«La Iglesia es la máxima defensora de la familia, como el lugar para la defensa de la vida y el desarrollo de la persona», asegura Amaya Azcona. Ella lo ha podido ver muy de cerca desde el Centro de Orientación Familiar (COF) de la diócesis de Getafe donde colabora. Estos centros nacidos en las últimas décadas forman una red extendida por casi todas las diócesis de España y prestan una ayuda directa y concreta para orientar «a las familias para que solucionen sus problemas».
«Nosotros trabajamos con la persona», señala Amaya. «Tenemos muchos casos de falta de comunicación, de inmadurez, de desequilibrio en la relación de poder, de tensiones por la gestión del tiempo o del dinero, de transmisión de valores a los hijos. Muchas veces problemas grandes, como una infidelidad, tienen debajo problemas anteriores y más pequeños que no se han tratado. Los problemas más comunes están en la estructura y la comunicación de la familia», explica. En un COF no sólo ayudan a resolver crisis de pareja sino también «problemas con los hijos o problemas con terceras personas como suegros, abuelos, etc. Tratamos el tipo de relación que tienen. No tratamos patologías. Si existe una patología la derivamos a un especialista. Gracias a Dios y a la Iglesia, y siempre que la familia quiera, los problemas tienen solución». Para ello, «acompañamos a las familias, iluminando y orientando humana y espiritualmente. Ayudamos a todos. Consideramos a la familia como un sistema compuesto por múltiples elementos relacionados entre sí. El orientador cambia el foco de visión. Si un niño tiene un problema, la familia tiene un problema. Y la solución pasa por modificar comportamientos de todos».
Por eso, ella anima a que nadie se rinda. «Si tienes problemas, ir al COF te será muy útil», insiste.
Una familia estable es posible
Amaya Azcona tiene 7 hijos, está muy implicada en el Foro Español de la Familia y ve claro que «la sociedad necesita familias estables y los Centros de Orientación ayudan a ello». El modelo cristiano, exigente, también aporta estabilidad. «La familia cristiana es la esperanza para hoy y para mañana», afirma.
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