Incendios

De problemas respiratorios a taquicardias: los efectos de los incendios en la salud

Los expertos piden que se protega especialmente a las mujeres mayores con enfermedades crónicas, que son las más vulnerables en estas situaciones

A Pobra de Trives (Ourense), 13/08/2025.- Una vecina de la aldea de Pareisás lucha contra en fuego en el incendio forestal que permanece activo en A Pobra de Trives (Ourense). EFE/Brais Lorenzo
Incendio forestal en A Pobra de TrivesBrais LorenzoAgencia EFE

España se quema. En medio de una ola de calor que dura ya más de una semana y que, según las previsiones, situará al agosto de este año como el más caluroso desde que hay registros, en los últimos días el ritmo de los incendios es tan acelerado que hace casi imposible estar al corriente de la evolución de todos ellos. Hay cerca de una veintena de focos activos, sobre todo en Castilla y León, aunque también en Galicia, Madrid, Cádiz, Toledo o Cáceres, y a estas alturas de agosto ya han ardido unas 60.000 hectáreas, las mismas que en todo 2024 —aunque seguimos lejos de años de récord como 2022 o 2012—.

A la desolación de los miles de personas que han sido evacuadas de sus casas en estos días -cientos de ellas lo han perdido todo- se suman una serie de consecuencias físicas provocadas por el fuego y el humo. Cuando estamos cerca de un incendio forestal, nuestro organismo se ve sometido a los efectos del humo y de las toxinas, lo que repercute en el aparato respiratorio y el circulatorio.

Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), la coordinadora de Divulgación, la enfermera Rosa Pérez, explica a EFEsalud que el humo de los incendios se compone de varios gases como el monóxido y dióxido de carbono, así como de pequeñas partículas suspendidas en el aire que si se inhalan pueden hacer "un gran daño al cuerpo". "Se quedan en los pulmones, pueden pasar a la sangre y pueden alterar incluso el sistema inmunitario", afirma Pérez.

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Arde EspañaA. CruzLa Razón

El monóxido de carbono es altamente tóxico, se une a la hemoglobina y desplaza al oxígeno en la sangre, lo que dificulta la respiración y puede provocar problemas circulatorios. También hay otros compuestos orgánicos tóxicos en el ambiente como el benceno o el cianuro, explica la enfermera, quien subraya que ya el propio humo es irritante y provoca una respuesta inflamatoria en el organismo, que puede dañar los tejidos.

En los incendios, sobre todo los que ocurren cerca de las capitales o emplazamientos urbanos, no se quema solo materia orgánica como árboles o vegetación, también coche o plásticos con compuestos químicos tóxicos, que incluso se mantienen en el aire días después del incendio.

En el caso de los ojos, pican y arden porque las materias tóxicas se pegan a la superficie de la córnea y crea la sensación de sequedad y se irritan. En estos casos lo mejor es lavarse los ojos con suero fisiológico o echarse lágrimas artificiales.

"Si estás en zonas que ha habido un incendio, protégete los ojos, ponte gafas", añade Pérez.

También puede aparecer la tos y se exhacerban los ataques de asma en las personas que lo padecen. Las personas con patologías respiratorias crónicas pueden manifestar sibilancias, como consecuencia de la inflamación de los bronquios, y dificultad para respirar.

Si hay partículas en suspensión lo recomendable es llevar mascarilla con filtro N95 para no inhalarlas y tratar de evitar así problemas respiratorios.

La coordinadora de Divulgación de SEMES indica que también otra consecuencia en la salud podría ser el dolor de cabeza por la inhalación del monóxido de carbono que desplaza al oxígeno en la sangre.

"En las emergencias, nosotros cuando alguien nos llama diciendo que le duele mucho la cabeza o que está mareado y es invierno, siempre le preguntamos, si tienes brasero o estufa porque puede haber una intoxicación por monóxido de carbono", subraya la enfermera.

Como consecuencia de una menor presencia del oxígeno en el cuerpo el corazón se puede acelerar al intentar bombear más rápido la sangre, lo que genera taquicardias, y además de dolor en el pecho, aparece el cansancio. "Esta taquicardia en personas que tengan el corazón ya delicado les puede ocasionar problemas circulatorios, les puede dar un infarto, angina de pecho o arritmias, porque la falta de oxígeno también hace que el corazón no funcione bien", afirma.

Las personas más vulnerables son como siempre los enfermos crónicos sobre todo los que tienen problemas cardíacos y respiratorios y las personas mayores, también las embarazadas y la infancia.

En este sentido, la enfermera señala que hay que tener en cuenta la perspectiva de género porque las mujeres toleran peor la exposición al humo que los hombres y tienen un mecanismo para evitar este tipo de problemas de salud generados por los incendios diferente. "Por tanto, una mujer mayor con enfermedad crónica es posible que lo lleve peor", asegura Pérez.