Educación

Los profesores pierden a diario hora y cuarto de su jornada intentando poner orden en la clase

Un un informe de la OCDE constata que «gestionar el comportamiento es una tarea compleja en aulas cada vez más diversas». Los docentes, estresados por la burocracia

 Disciplina en el aula
Disciplina en el aulaT. NietoLA RAZÓN

La enseñanza es una profesión altamente feminizada, con un alto grado de satisfacción y compromiso. Los profesores valoran la buena relación que tienen con sus alumnos y más de la mitad de la profesión siente que su papel es reconocido por las familias (57%). Sin embargo, se trata de un trabajo que no parece tan sencillo de desempeñar como podría imaginarse en los tiempos que corren. Los docentes también padecen altos niveles de estrés, se sienten atrapados por una elevada carga burocrática que no consideran útil, les cuesta cada vez más imponer orden en el aula y se quejan de que carecen de tiempo para formarse.

Así queda reflejado en el Informe Talis 2024, de la OCDE y el Ministerio de Educación, en el que han participado 55 países y que confirma que, en demasiadas ocasiones, uno de los primeros retos que tiene que afrontar el docente es lograr imponer silencio solamente para poder empezar a dar clase. Según el estudio, los profesores españoles dedican el 18% del tiempo lectivo en Secundaria y un 20% en Primaria a mantener el orden. Dicho de otro modo, uno de cada cinco minutos de clase se esfuma entre llamadas al silencio, interrupciones y distracciones.

España supera así en varios puntos el promedio de la OCDE y de la Unión Europea, ambos en torno al 15%. Los datos suponen un ligero empeoramiento respecto al estudio de 2018, cuando los docentes de Primaria perdían un 18% de su tiempo en poner orden (11 minutos por clase) y los de Secundaria un 16% (10 minutos). Entonces se hablaba de una hora diaria de docencia desperdiciada, que ahora se ha convertido en hora y cuarto. El informe advierte de que la pérdida de tiempo de instrucción «no solo resta calidad al aprendizaje, sino que aumenta la carga de estrés y frustración entre el profesorado. Mantener la calma y la autoridad frente a aulas cada vez más diversas, tecnológicas y ruidosas se ha convertido en una tarea tan cotidiana como extenuante».

La situación no es igual en todas las comunidades autónomas. Canarias y la Comunidad Valenciana encabezan la lista de regiones con más tiempo perdido en Secundaria (20% y 19%), mientras que Cantabria y Asturias se sitúan en el extremo contrario, con cifras que rondan el 16-17%. En Primaria destacan Baleares, la Comunidad Valenciana y Canarias, donde el tiempo dedicado a mantener el orden roza el 21%. ¿Por qué ocurre esto? «En aulas cada vez más diversas, gestionar el comportamiento es una tarea compleja que requiere tanto habilidades técnicas como socioemocionales, desde mantener la atención durante las clases hasta responder a conductas disruptivas y garantizar una participación equitativa». Según el estudio, esta situación aumenta la carga de estrés y frustración entre el profesorado.

Andreas Schleicher, director de Educación y Competencias de la OCDE, cree que este sería un punto de mejora para España, un problema que se acrecienta entre los nuevos docentes, que, además, suelen acabar en las clases con más complicaciones, donde tienen que atender a grupos más diversos o a alumnos con dificultades de aprendizaje, en los que no siempre se ponen en juego todos los medios de los que se dispone. Abelardo de la Rosa, secretario de Estado de Educación, considera que tener aulas más diversas, con mayor población inmigrante, es un fenómeno social relativamente nuevo que podría explicar en buena parte esta circunstancia.

El informe advierte de que los problemas de comportamiento no solo consumen tiempo de instrucción, sino que también pueden derivar en situaciones más graves que afectan al clima escolar y al bienestar del profesorado. Aunque el informe no detecta tasas significativamente mayores de incidentes graves que las de la OCDE, la disciplina sigue siendo una de las principales fuentes de estrés docente. Pero hay aún más cuestiones que perturban al profesorado, como los vaivenes legislativos que tienen que ver con los cambios de gobierno. «La sucesión constante de cambios curriculares y normativos genera sensación de incertidumbre y dificulta la consolidación de buenas prácticas». Muchos docentes confiesan vivir en un estado de adaptación permanente, sin tiempo para consolidar lo aprendido.

Si hay algo que provoca un gran malestar al profesorado es la elevada carga administrativa que tienen en su gestión diaria. Talis revela que a esta función dedican el 5% de su tiempo, un porcentaje similar al del resto de Europa, pero los profesores lo viven como una fuente importante de estrés y frustración. «Nos ralentizan nuestro trabajo en general para preparar clases y atender al alumnado. No hay tiempo, y nos dan muy poco margen para resolverlo; además, tenemos muy poca participación en las políticas educativas. Hay cambios curriculares muy rápidos y poco tiempo para la adaptación sin la formación necesaria», se queja una profesora de un instituto de FP.

En cuanto a las condiciones laborales del profesorado, el informe vuelve a poner el foco en el salario de los docentes, que supera la media europea, pero, a medida que crecen los años dedicados a la docencia, aparece la sensación de estancamiento salarial y de ausencia de incentivos. Además, ya no se trata tanto de lo que se cobra como del reconocimiento social que tiene la profesión. Algunos expertos, como Ismael Sanz (URJC y Funcas), observan un sistema educativo con un profesorado motivado y satisfecho, pero propone líneas de acción: «Reforzar el vínculo entre formación inicial y práctica profesional, mediante programas de mentoría; reducir la carga administrativa y consolidar un sistema de formación continua flexible».