La Barceloneta, contra el turismo

Centenares de vecinos del barrio realizan una cadena humana para volver a mostrar su malestar y cansancio contra el incivismo y conducta de los visitantes, que provocan muchas quejas, y por la especulación inmobiliaria.

El verano barcelonés está muy marcado por el turismo, en todos los sentidos. Existen muchos frentes abiertos, y entre ellos destacan el conflicto con los empleados de seguridad del aeropuerto del Prat, que está afectando a miles de ciudadanos, y también, especialmente, la cada vez más comentada masificación de visitantes. La capital catalana es una de las mayores destinatarias de turistas de todo el mundo, pero el problema es que no tiene el tamaño de Londres o París.

Hay un barrio muy crítico con la masificación turística. Se trata de la Barceloneta, cuyas asociaciones de vecinos convocaron ayer ayer una protesta en su emblemática playa, quizá la más visitada de la ciudad.

pancartas y lemas

Unos 200 vecinos del barrio de la Barceloneta, según la Guardia Urbana, protestaron ayer hoy en la playa contra la proliferación de pisos turísticos y actitudes incívicas en esta zona de Barcelona. Con muchas pancartas y lemas, se mostraron muy críticos con la gestión del turismo en la ciudad.

Los vecinos, ataviados con camisetas amarillas con el lema «La Barceloneta no se vende», realizaron una cadena humana a orillas del mar, desplegaron pancartas con inscripciones como «Por la abolición de los pisos turísticos», «Nos quedamos en casa, basta de especuladores» o «Ni un verano más como este». El barrio lleva años harto de problemas relacionados con el turismo masivo.

Fue la Plataforma en Defensa de la Barceloneta la que convocó la concentración, para pedir a las administraciones que «pongan remedio a la expulsión de vecinos del barrio por la proliferación de pisos turísticos» y «actúe con firmeza» ante el incivismo de algunos turistas, que a base de «gritos, peleas y actitudes desafiantes» están provocando la «degradación del barrio», según explicaron.

Pero hubieron más quejas, y vienen de lejos. Los vecinos de la Barceloneta están hartos de precios prohibitivos en los alquileres, a su juicio, propiciados por el turismo masivo. También se quejan de las actitudes incívicas de los visitantes, a menudo borrachos, que duermen en la playa, y que acuden semidesnudos a cualquier establecimiento.

Según el presidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, Manel Martínez, «entran en las escaleras de vecinos, rompen puertas, gritan y amenazan a los vecinos».

Otros problemas asociados a la masificación turística son la citada aparición de turistas durmiendo en plena calle o en la playa, en tiendas de campaña y hamacas, así como la «expulsión» de vecinos del barrio por la «especulación inmobiliaria».

«Por cada piso turístico, desaparece una familia», denunció Sebastián Huguet, de la Plataforma en Defensa de la Barceloneta.

En definitiva, este barrio no es ni mucho menos el único que tiene problemas, con el número de visitantes, tal y como demostraron los vecinos de la zona del Poble Sec, también saturados del turismo masivo.