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Por qué el bebé panda rojo nacido en primavera que conquistó al mundo ha tenido que ser sacrificado
La noticia de su nacimiento en junio había llenado de esperanza a los defensores de la fauna

En junio, el parque francés de Clères celebraba la llegada de un cachorro de panda rojo, una especie considerada en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El nacimiento era especialmente significativo porque la población mundial de estos animales se estima en menos de 10.000 individuos, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Sin embargo, la alegría dio paso a la preocupación cuando los cuidadores detectaron que el pequeño mostraba un desarrollo más lento de lo normal y problemas en su estado general de salud. Tras varias pruebas veterinarias, se confirmó que padecía una ceguera irreversible, lo que imposibilitaba su supervivencia en la naturaleza.
Una decisión dura, pero necesaria
El 5 de septiembre, tras consultar con el coordinador europeo del Programa de Especies en Peligro (EEP), el parque tomó la decisión de practicar la eutanasia. Paul-Franck Thérain, director del Parque de Clères, explicó: "La decisión se tomó en conjunto con el EEP y siguiendo la política de reintroducción de especies en su hábitat natural. El cachorro no podía sobrevivir por sí mismo en libertad, y mantenerlo en vida artificialmente no era lo más ético".
Un futuro incierto para el panda rojo
El parque de Clères, que cada año registra entre 400 y 500 nacimientos de distintas especies, confía en que en 2026 llegue una nueva cría de panda rojo. Actualmente, solo cuenta con una pareja reproductora, por lo que cada nacimiento es vital para el programa de conservación.
Aun así, la situación de la especie sigue siendo crítica: la deforestación, la pérdida de hábitat y la caza furtiva han reducido drásticamente su población. Por ello, cada ejemplar es clave para evitar que el panda rojo desaparezca en las próximas décadas.
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