
Jardinería
Qué no cultivar en el jardín: un jardinero revela los 5 árboles que causan más problemas que beneficios
Así como en una casa no se coloca un sofá en la cocina o un inodoro en el dormitorio, en el jardín tampoco vale cualquier árbol en cualquier lugar

A la hora de diseñar un jardín, es común pensar primero en lo visual: qué plantas lucen mejor, qué colores combinarán o qué árbol dará más sombra. Sin embargo, crear un espacio verde funcional no es solo una cuestión estética. Así como en una casa no se coloca un sofá en la cocina o un inodoro en el dormitorio, en el jardín tampoco vale cualquier árbol en cualquier lugar.
El jardinero profesional Edward Bowring, en declaraciones al medio Home and Garden, ha señalado que existen ciertas especies que, por su comportamiento invasivo, su tamaño o los daños que pueden provocar, es preferible no plantar cerca de viviendas. Aunque muchos árboles ofrecen belleza, sombra y oxígeno, algunos de ellos pueden traer más inconvenientes que beneficios, advierte.
Raíces agresivas, caída excesiva de hojas y toxicidad
Antes de plantar un árbol en el jardín, es esencial considerar factores como:
- El sistema de raíces (que puede levantar suelos o dañar estructuras)
- El volumen de sombra que proyecta (que afecta al resto del jardín)
- La toxicidad de sus hojas o frutos (que puede representar un riesgo para personas o mascotas)
- El nivel de mantenimiento que requiere (poda, limpieza de hojas, caída de frutos)
Basándose en su experiencia, Bowring identificó cinco árboles que recomienda evitar en jardines domésticos.
1. Vinagre de zumaque (Rhus typhina)
También conocido como zumaque de abeto, este árbol es famoso por sus colores otoñales y por prevenir la erosión del suelo. No obstante, su capacidad para expandirse rápidamente lo convierte en un peligro para el equilibrio del jardín.
El zumaque tiende a formar densas plantaciones que compiten con otras especies, y sus brotes pueden aparecer a varios metros de distancia del tronco principal. En su lugar se puede considerar el iris o amelanchier, un árbol ornamental que florece en primavera, tiene follaje otoñal atractivo y no es invasivo.
2. Laurel (Prunus laurocerasus)
El laurel perenne es muy utilizado como seto por su crecimiento veloz y follaje denso. Sin embargo, en algunas regiones se considera una planta invasora. Además, tanto sus hojas como sus frutos contienen compuestos tóxicos que pueden afectar a animales domésticos y personas.
Requiere poda constante para no expandirse en exceso y puede desplazar a otras especies por la sombra que proyecta. Como alternativa, el jardinero sugiere el acebo americano (Ilex opaca), de crecimiento más compacto y segura para el entorno.
3. Nogal negro (Juglans nigra)
De gran valor por su madera y sus frutos, el nogal negro es un árbol imponente que puede superar los 30 metros de altura. Sin embargo, emite juglona, una sustancia que inhibe el crecimiento de muchas otras plantas a su alrededor.
Además, su mantenimiento es exigente: necesita podas regulares y sus hojas y frutos ensucian considerablemente el entorno durante el otoño. En su lugar, se puede plantar el cerezo ornamental (Prunus serrulata), más pequeño, estético y no tóxico.
4. Sauce llorón (Salix babylonica)
Con su copa colgante y elegante, el sauce es un árbol atractivo que ofrece abundante sombra. Sin embargo, su sistema de raíces busca agua de forma agresiva y puede llegar a romper tuberías, dañar los cimientos de la vivienda o afectar redes de saneamiento.
Además, sus ramas frágiles y hojas caen constantemente, lo que demanda una limpieza frecuente. No se recomienda plantarlo cerca de la casa o de instalaciones subterráneas.Como alternativa destaca el árbol del amor o la alcachofa canadiense (Cercis canadensis), ideal para jardines domésticos y con una floración rosa llamativa.
5. Roble común (Quercus robur)
El roble es uno de los árboles más majestuosos de Europa, y tiene beneficios ambientales importantes como la captura de dióxido de carbono. No obstante, puede alcanzar hasta 40 metros de altura y 24 metros de anchura, lo que lo vuelve poco práctico para jardines residenciales.
Además de su tamaño, las raíces del roble pueden levantar aceras o dañar caminos y estructuras, y cada año deja caer hojas, bellotas y ramas pequeñas. El Cornus kousa, que florece en primavera y ofrece un colorido espectáculo en otoño ocupa menos espacio por lo que es buena alternativa.
Pensar el jardín como se piensa una casa
“El jardín debe pensarse como una extensión del hogar”, dice Bowring. Y al igual que en la arquitectura, cada planta tiene su lugar ideal. Elegir el árbol equivocado puede significar años de mantenimiento innecesario, gastos en reparaciones o incluso la pérdida de otras especies.
La recomendación del experto es clara: investigar bien antes de plantar, pedir asesoramiento en viveros especializados y priorizar la funcionalidad sobre lo puramente estético.
¿Y qué plantar, entonces?
Entre las especies recomendadas por jardineros y paisajistas para jardines residenciales están:
- El arce japonés, por su belleza y adaptabilidad.
- El manzano ornamental, que combina estética y floración atractiva.
- El cercis siliquastrum, conocido como árbol del amor, ideal para espacios pequeños.
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