Marruecos
¿Por qué no hay un puente que una España con Marruecos si solo nos separan 14 km?
Aunque la corta distancia entre ambos países podría parecer fácil de cubrir, hay tres razones fundamentales que han convertido esta idea en inviable
La idea de construir un puente entre España y Marruecos, uniendo Europa y África a través del estrecho de Gibraltar, siempre ha estado sobre la mesa. De hecho, una infraestructura que conectara los dos continentes traería enormes beneficios, como facilitar el transporte y el comercio, además de crear una puerta de entrada estratégica entre ambos territorios. Unir por vía terrestre estas regiones no solo tendría impacto económico, sino que también fortalecería los lazos culturales y sociales entre Europa y África.
Sin embargo, no todos apoyan este ambicioso proyecto. Una preocupación recurrente es la posibilidad de que una infraestructura así facilite la llegada masiva de inmigrantes ilegales a España, lo que podría generar tensiones sociales y políticas.
A pesar de las ventajas, el proyecto de un puente ha sido descartado en múltiples ocasiones debido a las enormes dificultades técnicas que presenta. De hecho, después de más de 40 años de discusiones entre los gobiernos de España y Marruecos, sigue sin haber avances significativos en la construcción de una infraestructura que una ambos países por encima del mar. Por ello, se han buscado alternativas más viables, como un túnel subterráneo, similar al Eurotúnel que une Francia e Inglaterra bajo el canal de la Mancha.
¿Por qué no es posible crear un puente?
Construir un puente que cruce los 14 kilómetros que separan España de Marruecos a través del estrecho de Gibraltar ha sido considerado una tarea monumentalmente compleja, e incluso, imposible. A simple vista, la corta distancia entre ambos países podría parecer fácil de cubrir, pero hay tres razones fundamentales que han convertido esta idea en inviable.
- La primera dificultad es la profundidad del estrecho de Gibraltar, que varía entre los 300 y los 900 metros. Estas profundidades, muy superiores a las del canal de la Mancha (donde la profundidad máxima es de 180 metros), hacen que la construcción de cimientos sea extremadamente difícil, directamente inviable.
- La segunda complicación proviene de las fuertes corrientes marinas que atraviesan el estrecho. Al ser el punto de confluencia entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, las aguas de ambas masas confluyen y generan corrientes submarinas muy potentes. Estas corrientes no solo representarían un riesgo considerable para la estabilidad de un puente, sino que también incrementarían los costos de mantenimiento.
- Finalmente, la actividad sísmica de la región es otra barrera significativa. El estrecho de Gibraltar se encuentra en el límite de las placas tectónicas africana y eurasiática, una zona altamente propensa a terremotos. Este factor de riesgo adicional hace que construir un puente en esta área sea extremadamente peligroso.
El túnel: una alternativa viable
Ante la imposibilidad de construir un puente, la idea de un túnel submarino ha ganado más tracción en los últimos años. Inspirado en el exitoso Eurotúnel, que une Francia e Inglaterra, este proyecto pretende conectar la ciudad de Punta Paloma, en Cádiz, con la ciudad marroquí de Malabata, cerca de Tánger. A diferencia de un puente, un túnel ofrece una solución más segura frente a las corrientes marinas y la actividad sísmica de la zona.
Aunque el túnel también presenta importantes desafíos, los gobiernos de España y Marruecos han mostrado un renovado interés en su construcción, especialmente ante la posibilidad de que esté listo para 2030, coincidiendo con la celebración conjunta del Mundial de Fútbol en ambos países junto con Portugal. Este túnel tendría unos 42 kilómetros de longitud, de los cuales 27,7 kilómetros serían submarinos, a una profundidad máxima de 300 metros. Se plantea que en una primera fase se construya un solo tubo ferroviario, que permitiría el transporte tanto de pasajeros como de mercancías.
Ventajas económicas y estratégicas
El túnel entre España y Marruecos no solo sería una de las mayores obras de ingeniería construidas, sino que también tendría un impacto económico y logístico considerable. España se convertiría en la principal puerta de salida de Europa hacia África, atrayendo importantes inversiones y facilitando el comercio entre ambos continentes. La infraestructura reduciría significativamente los costos de transporte y permitiría una racionalización de las infraestructuras logísticas en las zonas de acceso, impulsando la economía local tanto en Andalucía como en el norte de Marruecos.
Además, este túnel ofrecería una alternativa mucho más eficiente a las rutas terrestres actuales entre Europa y África, que implican cruzar Turquía y Oriente Medio para llegar a Egipto, una travesía mucho más larga y peligrosa.
Los obstáculos pendientes actualmente
A pesar del interés renovado en el túnel, aún quedan obstáculos importantes por superar. Las profundidades submarinas y la pendiente necesaria para sortear el lecho marino representan desafíos técnicos que requieren una gran inversión en investigación y desarrollo. Además, la dejadez política en algunos momentos ha ralentizado el avance del proyecto. Si bien el interés en el túnel sigue vivo, las tensiones políticas y la falta de consenso sobre algunos aspectos clave, como la trayectoria exacta, han frenado su materialización.
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