Opinión

¿Por qué nos suicidamos?

Otro día lo volverá a intentar, quizá ya sin avisar

Casas abiertas por Paloma PEDRERO
Paloma Pedrerolarazon

Desde 2018 hasta ahora hay un aumento de casi el 20 por ciento en el número de muertes por suicidio en España. También en otros países, desde luego, pero cada gobierno habrá de ver qué hacer en el suyo. Pues bien, alguien del nuestro, una vez conocidos los alarmantes datos últimos sale con la siguiente frasecita: «Vamos a estudiar la posibilidad de recabar datos que sirvan para entender los principales motivos de ideación suicida». Pero, por Dios, ¿no saben los responsables de la sanidad pública por qué nos suicidamos? ¿Van a estudiar la posibilidad de recabar datos? Pero si los datos nos salen por las orejas; si no hay más que echar un vistazo a las familias, a las calles, a las redes, a los congresos de psiquiatras, a los estudios ya realizados por expertos y que coinciden en los motivos de esta terrible realidad, todavía tabú para tantos. Nuestros ministeriales parecen estar encantados con su teléfono de atención al suicidio. Allí llaman miles de personas al año, imaginen su estado de ánimo, para contar a una voz humana al otro lado del hilo que no pueden más, que se van a quitar lo único que es suyo: la vida. Imagino que especialistas experimentados intentarán arrancarles esas ideas pavorosas de la cabeza con sus palabras, sus consejos, incluso, avisando a emergencias médicas si es necesario. La ministra dice que teniendo en cuenta cómo sube el número de llamadas hay que reforzar este recurso.

Vamos, a ver, un poco de profundidad, por favor. Pónganse en el lugar del suicida inminente. Le calmarán mientras llegan los sanitarios al lugar dónde esté. Le llevarán a un hospital. Le pondrán un tratamiento. Tal vez necesiten ingresarlo. Lo harán.

Después vendrá el alta y a casa con la misma situación exacta que dejó antes de llamar pidiendo socorro. Volverá a la misma soledad, o pobreza, o daño psíquico, o sufrimiento insoportable. Quizá con unas pastillas nuevas, sí. Desvalido.

Otro día lo volverá a intentar, quizá ya sin avisar.