Cargando...

Autores

Qué quiso decir Séneca cuando dijo:" No hay que desear las dificultados pero sí la fortaleza para soportarlas"

Los tres principios del filósofo que hoy podrían estar en cualquier libro de autoayuda, aunque él los formuló hace casi dos milenios

Qué quiso decir Séneca cuando dijo:" No hay que desear las dificultados pero sí la fortaleza para soportarlas" Museo del Prado

Si la vida viniera con un menú, nadie elegiría “pérdida”, “enfermedad” o “contratiempo”. Sin embargo, ahí están, apareciendo sin invitación. Todos conocemos esa sensación, un día todo fluye y al siguiente el suelo se mueve bajo los pies.

Séneca lo sabía bien porque a él también le toco vivir circustancias incómodas. No sólo fue uno de los grandes pensadores del estoicismo; también fue político, escritor, dramaturgo y testigo privilegiado —y a veces víctima— de los vaivenes del poder romano. Vivió en un tiempo donde una mala palabra frente al emperador podía costarte la vida. Con ese telón de fondo, su filosofía no era una teoría bonita, sino un método urgente para no naufragar.

Por eso su pensamiento no es teoría abstracta, sino una forma práctica de no dejar que los golpes de la vida te arrastren.

Entre sus ideas más difundidas está una frase que solemos escuchar: “No hay que desear contrariedades, sino valor para soportarlas.” No es literal, pero captura a la perfección su mensaje.

En las Cartas a Lucilio, Séneca admite que no está “tan loco como para desear la enfermedad o la guerra”. ¿Quién lo estaría? Pero añade algo fundamental: si llegan —y siempre llegan— quiere encontrarse a sí mismo preparado, firme, dueño de su interior aunque no pueda dominar las circunstancias.

Tres ideas estoicas para sobrevivir al siglo XXI

Sorprende lo moderno que suena Séneca cuando lo leemos con calma. Su receta para enfrentar la vida cabe en tres principios que hoy podrían estar en cualquier libro de autoayuda, aunque él los formuló hace casi dos milenios.

1. Distingue lo que puedes controlar de lo que no

No puedes detener una crisis global, pero sí mejorar tus habilidades, cuidar tus finanzas o fortalecer tus relaciones. El mundo no está en tus manos, pero tu reacción sí.

2. Acepta lo inevitable

Aceptar no es rendirse, es dejar de poner resistencia al viento para poder ajustar las velas. La energía que malgastamos en guerras imposibles es la que necesitamos para los frentes donde sí podemos influir.

Responde con virtud

Para Séneca, la respuesta correcta no es endurecerse, sino ser mejor. Justicia, templanza, coraje, inteligencia.

El auténtico triunfo no es evitar el dolor, sino que el dolor no nos convierta en una versión más pequeña, más oscura o más cobarde de nosotros mismos.

La psicología "moderna" le da la razón

Lo curioso es que la ciencia contemporánea empieza a ponerse del lado de Séneca. Lo que ahora llamamos resiliencia, esa capacidad casi mágica de recomponerse, coincide punto por punto con la visión estoica.

Un estudio de 2022, publicado en Crisis, Stress, and Human Resilience, analizó programas basados en prácticas estoicas —reflexión diaria, enfoque en lo controlable, entrenamiento del carácter—. Las conclusiones fueron claras: el estoicismo moderno mejora la resiliencia. No solo eso: aumenta también la empatía, algo esencial para mantener intacta la humanidad en medio de las dificultades.

En 2025, otro análisis sobre estoicismo y regulación emocional insistió en una idea clave: no se trata de anestesiarse, sino de relacionarse de forma más lúcida con el dolor, la pérdida o el miedo. No es apagar las emociones, sino aprender a que no gobiernen tu vida.