Sociedad

¿Por qué se siguen dando mutilaciones en los perros?: multas de hasta 50.000 euros

Los principales motivos de estas prácticas son criterios estéticos o culturales

Desde hace años, algunos propietarios de perros optan por realizar intervenciones quirúrgicas en sus "compañeros caninos", a pesar de que esta conducta no solo resulta inhumana, sino que también se considera ilegal en el territorio español. Con la reciente implementación de la Nueva Ley de Bienestar Anima l el pasado viernes 29 de septiembre, se tipificó como una infracción de gravedad considerable la acción de "realizar al animal mutilaciones o alteraciones físicas no autorizadas".

En España, la normativa es tajante: la mutilación de animales de compañía está expresamente prohibida y sujeta a sanciones legales. Conforme al artículo 74, inciso e, se considera una "infracción grave", lo que implica una multa que oscila entre 10.001 y 50.000 euros, según lo establecido en el artículo 76 apartado B.

La persistencia de la mutilación en perros se atribuye, en parte, a la continuidad de prácticas como el corte de orejas y la amputación de colas en ciertas razas caninas, motivadas principalmente por criterios estéticos o culturales. Estas intervenciones no solo infligen sufrimiento innecesario a los animales, sino que también plantean interrogantes sobre la responsabilidad y conciencia de quienes perpetúan estas acciones.

Otro factor significativo es la insuficiente aplicación de la ley. A pesar de que la legislación prohíbe estas acciones, su ejecución puede ser irregular y, en ocasiones, insatisfactoria. Reforzar los mecanismos de control y sanción se presenta como una necesidad crucial para erradicar este problema de manera efectiva.

La mutilación de perros no solo afecta la integridad física de los animales, sino que también tiene consecuencias en su salud mental y comportamiento. Someter a los perros a procedimientos dolorosos y traumáticos puede dar lugar a problemas de comportamiento, ansiedad y miedo, generando un impacto negativo en su calidad de vida. Algunas razas que sufren estas prácticas incluyen al pitbull, doberman, braco alemán, braco de weimar o el bóxer.

La solución a este problema radica en la sensibilización y educación de la sociedad. Campañas de concienciación sobre los derechos y necesidades de los animales, así como la promoción de prácticas de cuidado responsables, son esenciales para cambiar las percepciones arraigadas y reducir la incidencia de la mutilación.