Religión

¿Quién manda en Torreciudad?

El obispo de Barbastro y el Opus Dei se enfrentan por el estatus del santuario preferido de Escrivá de Balaguer

Catorce mil personas en Torreciudad
Catorce mil personas en Torreciudadlarazon

Desconcierto en el epicentro de la espiritualidad del Opus Dei en España. Este lunes el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, comunicaba el nombramiento de un nuevo rector para el santuario de Torreciudad, el centro mariano oscense de peregrinaciones ligado a la figura de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador de esta realidad eclesial. Por primera vez desde que se constituyera hace cinco décadas, un obispo designa de forma unilateral a un sacerdote diocesano, José Mairal, como máximo responsable del lugar. Esto implica que a partir del 1 de septiembre, el actual rector, Ángel Lasheras, se vería obligado a dejar su cargo. ¿El motivo? La Diócesis argumenta esta decisión sobre el santuario «en orden a regularizar su situación canónica» y como salida a no recibir por parte del Opus Dei una propuesta de terna para elegir rector.

Esta designación ha provocado algo más que malestar en el Opus Dei. Hasta tal punto que estarían dispuestos a ir a los tribunales eclesiásticos, tal y como ha confirmado LA RAZÓN. Sin embargo, confían en no llegar a este extremo y se pueda encontrar una solución negociada «en espíritu de comunión eclesial». Lo cierto es que a través de un comunicado, mostraban su «sorpresa» y sentenciaban que «la Prelatura del Opus Dei entiende que no corresponde al obispo llevar a cabo este nombramiento al tratarse de un templo de la Prelatura». Es más, la nota detalla que «según el derecho canónico, el templo –que se construyó en los años 70 con donativos promovidos por fieles del Opus Dei, cooperadores y muchas otras personas de Aragón y del mundo entero– tiene la condición jurídica de oratorio de la Prelatura». Con los estatutos vigentes de Torreciudad, que datan de 1980, sostienen que Ignacio Barrera, vicario regional de este movimiento, debe elegir a los curas «que se ocupan de la atención pastoral».

Este razonamiento choca con el argumentario del Obispado de Barbastro-Monzón, que echa mano del Código de Derecho Canónico para plantear que «según el canon 557, corresponde al obispo diocesano el nombramiento del rector y de los sacerdotes dedicados a una iglesia o un santuario, lo mismo que los sacerdotes de los institutos religiosos que sirven a las parroquias». Fuentes vaticanas comparten con este diario que el obispo no habría dado paso al frente alguno si no hubiera agotado las vía diplomática, contara con un respaldo explícito de la Conferencia Episcopal y de Roma, y hubiera blindado canónicamente su órdago.

Esta polémica que ahora ve la luz, se viene cociendo desde hace dos años, cuando Opus Dei y Obispado comenzaron a dialogar sobre una necesaria reformulación del estatus del santuario para regularizar su situación jurídica, canónica y pastoral. Lo cierto es que el centro de peregrinaciones cuenta con una ermita y una imagen de la Virgen que, aun estando cedida a perpetuidad a la Obra, tal y como se defiende desde la Prelatura, tendría a priori la categoría de santuario diocesano, por lo que el obispo tendría la última palabra sobre el espacio. Por otro lado, en el terreno se encuentra el macro templo que el Opus Dei considera como un oratorio semipúblico, por lo que la Prelatura reivindica su tutela.

Las diferencias entre ambas instituciones sobre el presente y futuro del santuario se enconaron hasta tal punto que el obispo ha escrito por carta al vicario general de la Prelatura hasta en dos ocasiones para reclamarle la terna para rector. El Opus Dei contestó a la diócesis en dos cartas fechadas el 12 de mayo y 10 de junio. Quienes han leído esta respuesta de la Prelatura, relata que no se daban nombres para la terna, sino que se presentaba a los tres sacerdotes –Lasheras, Pedro J. García de Jalón y Eduardo Martínez- que hoy por hoy sirven en Torreciudad, planteando que esa renovación de cargo tendría sentido hacerla una vez se aprobaran los nuevos estatutos del santuario.

La tensión llega a ser tal que el 2 de julio se produce una reunión al más alto nivel. Ángel Pérez Pueyo y el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, se citan en Barbastro en un intento de desbloquear el caso. En esa «cumbre», el obispo advirtió de que nombraría a un rector en caso de no desatascarse algunos puntos de la regularización canónica. A la vista está que el encuentro con el máximo responsable de la Obra no llegó a buen término.

Efectuado el nombramiento, la madeja del caso Torreciudad se ha ido enredando a lo largo de esta semana, con el aderezo de declaraciones del todavía rector, Ángel Lasheras, a varios medios, en las que ha instado al obispo a que «piense mejor las cosas y trate de rectificar» Estas palabras no solo han caído mal en el Obispado, sino también en la propia Prelatura, acostumbrados a resolver sus contratiempos sin hacer ruido. Tampoco parece haber sentado bien a los responsables de la Obra la convocatoria a través de redes de un rosario multitudinario en la explanada del santuario para el 5 de agosto. Aunque los fieles que lo promueven reivindican que «el problema que ha surgido se solucione de la mejor manera posible», apostillan que «nos jugamos mucho» y buscan visibilizar «su apoyo» a Lasheras. La Prelatura se desvincula de esta acto y busca cómo desactivar su celebración.

En paralelo, desde el Opus Dei han dejado caer que, más allá de la reformulación jurídica del santuario, otro escollo sería el montante actual que se paga por la cesión de la ermita y de la Virgen. O dicho de otra manera, la Obra acusa al obispo de reclamarles 600.000 euros anuales. Tal y como desveló la revista «Vida Nueva», desde Torreciudad se abona a Barbastro-Monzón un total de 19,32 euros al año por un «préstamo» a perpetuidad del templo originario y la escultura firmado en 1962. Desde la Prelatura exponen que, además de esta cantidad simbólica, han contribuido a levantar una ermita que según ellos estaba semiderruida y a restaurar la entonces maltrecha escultura del siglo XI con una inversión de unos 1,17 millones de euros. Además, sobre el macro oratorio argumentan que es un espacio «deficitario». De acuerdo con la Memoria Anual de Actividades del año 2022, actualizada hace justamente una semana, el Patronato de Torreciudad registró 1.230.957 euros en recursos obtenidos y contabilizó 1.230.957 euros en aplicaciones realizadas, la misma cantidad.