¿Quieres plantar arroz en tu casa? Así debes hacerlo según los expertos

Cuando pensamos en el arroz, la imagen que suele venir a la mente es la de campos inundados. Aunque esta variedad es técnicamente una gramínea semiacuática, no es la única forma de arroz que se puede cultivar. De hecho, existe una alternativa menos común, pero mucho más accesible para quienes tienen un jardín o incluso macetas en casa: el arroz Duborskian, una variedad rusa de grano corto que crece en tierras secas.

El arroz Duborskian puede ser una experiencia gratificante para jardineros aventureros que quieran probar algo diferente. Además, su cultivo en macetas o pequeños huertos urbanos es posible, siendo una opción interesante para quienes no disponen de grandes extensiones de terreno.

Para quienes decidan lanzarse a cultivar arroz, es importante planificar el espacio. Aproximadamente, diez plantas producen unos 450 gramos de arroz. Dado que cada planta ocupa alrededor de 30 centímetros, una parcela de 3x3 metros puede albergar unas 100 plantas y generar entre 3 y 5 kilos de arroz en una temporada.

Las semillas se deben sembrar directamente en el suelo en zonas libres de heladas durante mayo o junio. En climas más fríos, es recomendable iniciar la germinación en interior unas cuatro semanas antes de que pase el riesgo de heladas. Un remojo de 24 horas previo a la siembra mejora la germinación, que suele ocurrir entre cinco y siete días.

Cuidados durante el crecimiento

El arroz Duborskian requiere un suelo rico en nutrientes, por lo que es fundamental enriquecerlo con compost antes de plantar y fertilizar cada dos semanas con un abono equilibrado. La planta necesita buena circulación de aire para facilitar la polinización por viento, por lo que se aconseja dejar un espacio de aproximadamente 30 centímetros entre cada ejemplar.

Además, es recomendable proteger las plantas de aves mediante redes y mantener el terreno libre de malas hierbas durante toda la temporada. El arroz estará listo para la cosecha tras unos 105 días, cuando las espigas se vean secas pero sin que las semillas hayan caído.

Cosecha y procesamiento del arroz

La recolección consiste en cortar las plantas a ras de suelo y colgarlas para que terminen de secarse. Después, llega la parte más laboriosa: separar los granos de las espigas y eliminar la cáscara dura que los protege, conocida como la cascarilla. En las explotaciones comerciales, este proceso se realiza con maquinaria especializada, pero en casa se puede hacer manualmente frotando las espigas contra una malla o golpeándolas suavemente sobre una superficie limpia.

Una vez separados los granos, se procede a quitar la cascarilla utilizando un mortero o un mazo de goma con cuidado para no romper el arroz. Finalmente, para eliminar la cascarilla ligera, se puede usar un ventilador que separe la paja del grano comestible. Las cascarillas pueden aprovecharse para compost en el jardín.