¿Es la raza un factor importante para que un perro sea peligroso?

Los recientes ataques caninos que han cobrado la vida de personas en Zamora y Murcia han reabierto el debate sobre la seguridad en la convivencia entre animales y seres humanos, más allá de la reciente ley de bienestar animal. La pregunta clave que se plantea es si la peligrosidad de un perro está determinada por su raza o si depende de otros factores, como su sociabilidad y comportamiento individual.

La recién promulgada ley de bienestar animal buscaba "desestigmatizar" a los perros catalogados como potencialmente peligrosos debido a sus características físicas, como una mandíbula "capaz de matar", si demostraban un buen comportamiento y habilidad para socializar. Sin embargo, la normativa que regula estas razas no ha experimentado cambios desde 1999, y los perros considerados potencialmente peligrosos aún deben ser controlados por sus dueños con correa y bozal.

En España, se estima que hay alrededor de 100.000 perros pertenecientes a razas catalogadas como potencialmente peligrosas, según la Real Sociedad Canina de España. La definición de un animal potencialmente peligroso se basa en factores como la tipología racial, carácter agresivo, tamaño o potencia de mandíbula capaces de causar lesiones graves o la muerte.

Sin embargo, la comunidad veterinaria y otros expertos argumentan que la agresividad de un perro es multifactorial y no debe reducirse únicamente a su raza o genética. Algunos perros pequeños, como los chihuahuas o caniches, pueden ser más agresivos en su comportamiento de mordida que perros más grandes, pero debido a su tamaño, las lesiones suelen ser menores. Por otro lado, los perros de presa, debido a su envergadura y características físicas, pueden causar lesiones graves en caso de ataque.

El Ministerio de Derechos Sociales del Gobierno en funciones propone modificar el reglamento de clasificación por razas para evaluar la peligrosidad de un perro a través de pruebas de sociabilidad realizadas por especialistas veterinarios y educadores. Sin embargo, los profesionales del sector consideran que estas pruebas son complejas de gestionar y que los resultados pueden ser inciertos debido a la variedad de factores que influyen en el comportamiento de los animales.

Sin duda alguna, el debate sobre la peligrosidad de los perros por su raza continúa sin una solución definitiva. Mientras algunas organizaciones promueven la cría responsable y la tenencia responsable de animales para prevenir ataques, otros argumentan que la agresividad de un perro depende de factores individuales más allá de su raza. La búsqueda de un equilibrio entre la seguridad pública y el trato justo a los animales sigue siendo un desafío en el contexto legal y social actual.