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Rebeca Stones: «La magia de estar vivos es sentir»

Tras vender 70.000 ejemplares de sus dos anteriores libros, la youtuber y escritora reflexiona sobre el amor y el desamor en “Sinergia” (Ed. Montesa)

Rebeca Stones, youtuber y escritora / Foto: Jesús G. Feria
Rebeca Stones, youtuber y escritora / Foto: Jesús G. Ferialarazon

Tras vender 70.000 ejemplares de sus dos anteriores libros, la youtuber y escritora reflexiona sobre el amor y el desamor en “Sinergia” (Ed. Montesa)

Rebeca Stones es una de esas promesas que transpira luz con todas las partes de su cuerpo. Ilumina cada palabra con enormes dosis de sensatez. Sabe de lo que habla y actúa con conocimiento de causa. Recuerda, analiza y rebate. Lleva incrustado el arte en las entrañas y la memoria tatuada en la piel. 2017 no fue un buen año para ella en lo que a sentimientos y emociones se refiere. Atrapada en una relación desconcertante y a menudo dolorosa, trataba de buscarle un significado al amor cuya realidad no encajaba con lo que ella esperaba. Fueron meses de confusión, tristeza y desesperanza. Pero en vez de dejarse aplastar por el peso de los pensamientos usó su experiencia para escribir una historia de descubrimiento contada tan solo con sentimientos a flor de piel.

Es una obrera de la palabra, un sastre de sentimientos. Siempre que se enfrenta a un nuevo vídeo bucea entre los sonidos de su mente, pasea absorta por las profundidades de sus sensaciones. Su último libro, “Sinergia” (Ed. Montena) recoge las cuatro etapas que Rebeca pasó desde que cayó en aquella relación tóxica, que solo le producía desazón, hasta que logró comprender en qué consiste verdaderamente amar, pasando por el autodescubrimiento y la autoafirmación. Marcadas cada una de ellas por los poemas de Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Miguel de Unamuno o Emilia Pardo Bazán, cada texto desprende dolor, alegría o un sentimiento ambiguo, mezcla de ambas emociones a la vez.

Abrió su canal de YouTube con tan solo 11 años, ha publicado tres libros y cuentan con más de medio millón de seguidores en Instagram. ¿Existe un estigma sobre aquellas personas que venden su imagen?

En cierto modo, sí. La gente que dice que yo he publicado varios libros por ser youtuber tiene toda la razón: hay un público y unas ventas aseguradas, pero también está en mis manos aprovechar esa situación o no. Desde pequeña siempre he querido cumplir este sueño y esta red social me abrió las puertas. Antes de ser youtuber, yo quería ser escritora.

En las últimas dos ediciones de “Operación Triunfo” se ha visto a una nueva generación de chavales que representan valores que antes nadie se cuestionaba.

Cuanto mas libertad tenemos para expresarnos, más oportunidad tenemos para romper estigmas. Es el ritmo de la vida. Cada nueva generación va a verter una opinión siempre más avanzada que la anterior. Y en ese sentido, las redes sociales nos permiten decir lo que queremos. Es cierto que hay mucho odio también, pero se intenta reducir todo lo que se puede. Y aquí me planteo una cosa: podemos expresar cosas buenas, pero ¿las negativas también? Yo creo que la libertad de una persona acaba donde empieza la de otra.

¿Qué es lo que ha cambiado?

Estamos en un momento en el que queremos un mensaje de superación y de libertad. Esas voces son hoy más escuchadas porque el publico también las alza.

¿Eso quiere decir que estamos ante una sociedad cada vez más feminista?

Por supuesto. Es un cambio muy lento, pero se está produciendo. El feminismo busca la liberación de la mujer y su consecuencia más inmediata es la igualdad. ¿Quién no la quiere? Lo que pasa es que parece que el término ofende a algunas personas. A veces, me preguntan si lo soy, pero me parece algo tan evidente como que soy rubia o una mujer.

¿Que valores le gusta transmitir a tus lectores?

Somos nuestro primer “hater”. Por eso, intento transmitir amor propio y libertad. No me gusta meterme en creencias religiosas o en cuestiones políticas porque cada uno tiene que concretar lo que quiere pensar, creer o defender.

¿Es feliz?

Sí. Como sé lo que es la oscuridad, he aprendido a diferenciar cuándo hay luz. Ahora mismo, estoy rodeada de ella. Sacar esa parte negativa que te hace daño, cuesta. Pero ahora estoy renaciendo de las cenizas. Recuerdo mi pasado, pero no miro atrás. Preguntar a la gente si está feliz es fundamental. En mi caso, los días en los que mejor escribía eran lo que mejor me sentía. Para un trabajo es fundamental tener una actitud positiva. El estado de animo nos encasilla mucho.

¿Qué pasaría si un día fuésemos invisibles?

Lo que más me gusta de ser humana es llorar, reír, gritar... En esos momentos es cuando me doy cuenta de que todo es real. Si no puedo sentir, ¿qué soy?

Esa es una sensación muy generalizada, ¿no?

Cuando te pones en modo pausa, las cosas no llegan. Nunca te va a caer nada del cielo. Está bien parar de vez de cuando para pensar, pero solo un tiempo. Evolucionar forma parte de la condición. Todos pasamos por una etapa en la que estamos especialmente tristes o que no sentimos nada, pero la magia de estar vivos es sentir.

¿Tenemos miedo a querer?

Veo mucho postureo en las relaciones amorosas. Cuando una pareja se empeña en mostrar todo lo que pasa a su alrededor, ¿qué tiempo dedica a disfrutar? Si una persona no para de publicar lo feliz que es, es porque tiene que creérselo; y si no se lo cree es porque entonces no es tan verdadero.