Cargando...

Estudio

La receta para una salud duradera empieza en la infancia: aire limpio, naturaleza y fuertes vínculos sociales

El entorno de los primeros años de vida influye en la regulación inmunitaria a nivel celular y proteico, favoreciendo la salud cardiometabólica, respiratoria y del neurodesarrollo

Dos niños juegan en la playa Enric FontcubertaEFE

Un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, revela que una mejor calidad del aire interior, el acceso a espacios naturales, una dieta saludable y una buena red social están asociados con una menor inflamación y mejor regulada en la infancia.

Los resultados, publicados en la revista Environment International, aportan nuevas evidencias sobre cómo las exposiciones ambientales tempranas moldean el sistema inmunitario y repercuten en la salud a largo plazo.

El estudio, en colaboración con INSERM - Université Grenoble Alpes y otras instituciones europeas, se enmarca dentro del proyecto ATHLETE y utiliza datos de la cohorte HELIX, que incluye a 845 niños y niñas de seis países europeos: Reino Unido, Francia, España, Lituania, Noruega y Grecia.

El trabajo analiza el exposoma, el conjunto de exposiciones ambientales desde la concepción, incluyendo factores como la contaminación del aire, la nutrición, el estrés y el contexto social. Aunque investigaciones anteriores han examinado factores ambientales individuales, este estudio ha examinado su impacto conjunto, especialmente sobre la regulación del sistema inmunitario, que es una vía central en el desarrollo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y los trastornos respiratorios.

“Investigamos cómo una amplia gama de exposiciones prenatales y postnatales influye en la función inmunitario infantil y cómoestos perfiles inmunitarios se relacionan con su salud cardiometabólica, respiratoria/alérgica y del neurodesarrollo”, explica Léa Maitre, coordinadora del Exposome Hub de ISGlobal y autora principal del estudio.

Los investigadores evaluaron 91 tipos de exposición agrupados en 13 familias, incluyendo factores ambientales (como contaminación del aire o espacios verdes), del hogar (productos químicos), de estilo de vida (alimentación, actividad física, sueño), y sociales (ingresos familiares, educación de los padres, apoyo social).

Utilizando herramientas estadísticas avanzadas, se identificaron tres “firmas inmunitarias” asociadas con mejores resultados de salud. Dos de ellas mostraban niveles más bajos de inflamación en sangre, y una tercera reflejaba un equilibrio adecuado en los glóbulos blancos.

Estas firmas se asociaron a exposiciones positivas durante la infancia: mejor calidad del aire interior, cercanía a espacios naturales como lagos o ríos, alimentación saludable y mayor “capital social”, es decir, vínculos familiares y comunitarios sólidos.

“Nuestros resultados destacan la importancia de estos factores ambientales en la mitigación de la inmunotoxicidad relacionada con la salud infantil”, señala Maitre. “Mejorar la calidad del aire interior, fomentar dietas saludables, preservar el acceso a espacios naturales y fortalecer los sistemas de apoyo comunitario son estrategias viables que pueden mejorar procesos inflamatorios clave, con gran relevancia clínica para la salud cardiometabólica, respiratoria y del neurodesarrollo en la infancia”.