Seguridad alimenticia
Si retiro el moho de un alimento... ¿Puedo comerme el resto con seguridad?
Hay algunos casos en los que el moho es seguro para el consumo. Pero en la mayoría de los casos, el moho es sinónimo de un producto en mal estado
Es una pena, peromuchas veces tenemos que tirar comida.Puede ser por irresponsabilidad, por falta de tiempo para cocinar o por un despiste. Sea cual sea el motivo, la verdad es que una parte importante de los alimentos que compramos… acaba en el cubo de la basura. Pero, ¿Y si pudiésemos rescatar alguno de estos alimentos antes de que sea demasiado tarde?, ¿Y si pudiéramos retirar la parte que se ha puesto mala y comernos el resto?. ¿Sería esto peligroso?
¿En qué situaciones podemos comer la parte que no está afectada?
La respuesta rápida es que no deberíamos hacer esto. Algunos mohos son bienvenidos en algunos alimentos. Ese es el caso del queso Roquefort, el Cabrales o el Gorgonzola. Pero estos mohos seguros para el consumo son los menos. En la mayoría de los casos, el moho es sinónimo de un producto que no es fresco. Y cuando vemos que un alimento ha sufrido un cambio en su apariencia, su textura o su aroma, podemos estar seguros de que el alimento ha empezado a fermentarse gracias a la presencia de algún microorganismo.
Cuando se puede apreciar que en la superficie de un alimento han empezado a surgir puntos verdes o que ha aparecido una especie de nube de polvo blanco alrededor de él, es mejor que no lo pensemos demasiado y que tiremos el producto en cuestión directamente a la basura. Si podemos ver estas señales en la superficie es porque los hongos ya han invadido buena parte del producto. Nosotros estamos viendo el árbol, pero por debajo de él hay todo un sistema radicular escondido.
Las únicas excepciones podrían ser algunas frutas especialmente duras, como la manzana, por ejemplo. Al ser tan densas, el moho lo tiene bastante complicado para penetrar en su interior. Así que, en este caso sí que podríamos cortar la zona que está visiblemente afectada y comerla. Y aún así, salir indemnes. Otro alimento que también podemos consumir después de haber retirado la parte dañada son los embutidos curados, como el jamón, la cecina o el salchichón. Ahora bien, qué merezca la pena o no… depende enteramente de tu criterio.
También conviene aclarar que el moho no prospera únicamente en los alimentos. Es muy común que aparezcan en trapos de cocina, tablas de corte y estropajos. Y es muy importante que lo evitemos siguiendo una escrupulosa rutina de limpieza en nuestra cocina, porque puedes sufrir problemas digestivos y respiratorios, así como irritación en la garganta y en los ojos. Y las consecuencias pueden ser mucho más graves en personas que padecen de asma.
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