Incendios

El Rey visita Galicia “agradecido y emocionado” ante la lucha contra “el drama humano” de los incendios

Felipe VI y Doña Letizia conocen de primera mano la magnitud de los daños en una comunidad que hoy, por primera vez, tenía todos los fuegos controlados

Los Reyes Felipe y Letizia en Galicia.
Los Reyes Felipe y Letizia en Galicia, hoyGtres

El distrito forestal XIV, en el ayuntamiento orensano de Verín, es una pequeña mole de ladrillo y hormigón que esconde algunos de esos recursos que, en el día a día, pasan completamente inadvertidos: un centro para coordinar operaciones, zonas de oficina, vestuarios, aseos, almacén o un garaje para todoterrenos y motobombas. La construcción, moderna, reacondicionada hace poco más de un año, se ha convertido en este agosto en uno de los espacios neurálgicos desde los que Galicia combate la peor ola de incendios que la mayoría puede recordar.

De modo extraño, y más allá del ruido de alarmas, fuegos y motores de estos días, alrededor del distrito XIV la multitud se agolpaba hoy por la mañana de forma inusual, en uno de esos silencios expectantes que se rompió con la llegada de los Reyes. Felipe VI y Doña Letizia aparecían al filo de las 12.30 horas para comprobar, in situ, cómo la tragedia puede comerse hectáreas de bosque y dejar tras de sí un hilo, cada vez más grande, cada vez más gordo, de tierra y ceniza.

Entre vítores y aplausos, y acompañados por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, los Reyes fueron recibidos por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la consejera de Medio Rural, María José Gómez; el alcalde de Verín, Gerardo Seoane; y, entre otros, el alcalde de Monterrei, José Luis Suárez. Juntos, accedieron al interior de las instalaciones para reunirse con un grupo de regidores afectados y para observar, con cierto alivio, cómo la emergencia se ha ido estabilizando poco a poco.

No en vano, tras más de dos semanas de fuego incesante, Galicia se quedaba ayer sin focos activos por primera vez desde que empezó la emergencia. Una situación a la que se llegaba después de controlar el incendio de Avión (Orense), estabilizado tras arrasar más de 250 hectáreas, y el de A Pobra do Brollón, en Lugo, que había obligado a comienzos de semana a decretar la situación 2 de emergencia por su cercanía con tres núcleos de población de ese municipio y de la vecina Quiroga.

Son los últimos rescoldos de una tragedia que ha arrasado, durante este agosto, más de 96.000 hectáreas. Una situación ahora “más tranquila”, como reconocía el propio Felipe VI durante la visita, pero aún no exenta de riesgo. Y una situación que no fue peor gracias, sin duda, a la labor de los equipos de emergencia. Este trabajo, silencioso y heroico en muchos casos, fue realzado ayer por los Reyes, que quisieron agradecer el esfuerzo tanto en la extinción como en la protección de los vecinos.

En este sentido, Felipe VI realizaba en Verín un “reconocimiento muy, muy especial, muy agradecido y emocionado” a todos los que han trabajado para luchar contra el fuego y prevenir sobre todo los daños humanos, así como materiales en el patrimonio y la naturaleza. “Sólo cada uno de vosotros sabe lo que ha tenido que pasar y cómo, ante las dificultades, se han superado muchas veces las propias competencias y posibilidades para poder hacer el trabajo como habéis hecho", secundaba Doña Letizia dirigiéndose, como el Rey, a

agentes forestales de la Xunta de Galicia, miembros de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (Brif), bomberos, efectivos de la Policía Nacional, Protección Civil y Guardia Civil o militares de la Brilat y de la UME.

Desde allí, y tras dejar atrás el distrito XIV por una carretera de apenas quince kilómetros de polvo y tierra que conduce hasta la próxima Cualedro, los Reyes se desplazaron a la zona conocida como Montes, donde mantuvieron un encuentro con los propietarios de dos explotaciones ganaderas y de una granja de aves que han sufrido las consecuencias de los incendios.

La visita, privada en este caso, precedió al último desplazamiento de la jornada, que condujo a la comitiva hasta la parroquia de Medeiros, en Monterrei, donde Felipe VI y Doña Letizia culminaron la jornada con un encuentro en el colegio público de la localidad. Un lugar en el que fueron recibidos entre aplausos y exclamaciones de “¡Viva el Rey!” y “¡Viva la Reina!” antes de sentarse junto a una representación de los vecinos afectados.

Ahí, en medio de la euforia presente y del miedo pasado, el Rey quiso subrayar que la visita tenía como objetivo “hacer sentir próxima la presencia del Estado en sus distintos niveles” y, sobre todo, escuchar de primera mano las vivencias de los damnificados.

“Queríamos estar aquí, acercarnos, escucharos, veros las caras y conocer el drama humano que supuso esto y la pérdida económica”, explicó, acompañado de la Reina antes de abogar por “ver qué enseñanzas se pueden extraer de todo esto para ser más fuertes en el futuro”.

Doña Letizia, por su parte, compartió palabras de gratitud y comprensión hacia los vecinos que han visto amenazadas sus casas, sus medios de vida y el entorno que habitan cada día.

Con esta última parada, los Reyes cerraron una visita a Galicia marcada por el agradecimiento a los equipos de emergencia y por la cercanía hacia los vecinos de las zonas más golpeadas por la tragedia. Un recorrido que sirvió, de un lado, para poner rostro al sufrimiento y, de otro, para reafirmar el compromiso con la recuperación de una tierra que busca, cuanto antes, levantarse de sus cenizas.