Morate, más cerca de Cuenca

Rumanía ha aceptado su extradición, pero su abogada recurrirá. Su coche y su teléfono móvil están en manos de agentes españoles

La fotografía de Morate acudiendo a los juzgados de la ciudad rumana de Timisoara volvió a repetirse ayer. Su aspecto era el mismo que la última vez, cuando declaró como testigo por la acusación de complicidad que pesaba sobre su amigo Istvan Horvath. De nuevo fue sacado del furgón policial bajo fuertes medidas de seguridad y con agentes armados como escolta. Misma indumentaria y misma cabeza baja. Idéntica fue también su actitud durante la media hora que duró la audiencia fijada a las once de la mañana hora local para tratar la petición de la Fiscalía con el objetivo de que el detenido vuelva a España para poder ser juzgado.

Estaba «muy tranquilo» y habló «muy poco», reconoció la fiscal del caso, Violeta Filip, a Ep. Una vez ante el juez de la Corte de Apelación de Timisoara, Flavius Ionescu, las palabras de Morate se resumieron en una frase: «Mantengo lo mismo que la vez pasada y no hago declaraciones». Asimismo, también reiteró, como viene haciendo desde que fue arrestado, que «no quiere volver a España» porque «teme por su vida».

En su decisión, el Tribunal de Apelaciones se opuso a la intención de Morate y aprobó la extradición del presunto culpable de las muertes de Marina Okarynska y Laura del Hoyo. «He tramitado la petición de extradición del acusado y la entrega de sus bienes a España», afirmó el juez Ionescu a la Prensa.

Sin embargo, la validación dio paso a un plazo de cinco días de los cuales disponen Morate y su defensa para presentar un recurso que intente frenar la extradición. Según la abogada del joven conquense, Claudia Candea, esta opción se haría efectiva durante la jornada de hoy, pues letrada y representado tienen previsto reunirse a lo largo de la mañana en la comisaría de Timisoara para discutir el tema. Y es que Candea concibe la orden emitida a nivel europeo para exigir la vuelta a España del sospechoso como un requerimiento injustificado «porque no existen pruebas de que Morate haya asesinado a las dos jóvenes». Además, la abogada sostuvo, en declaraciones a Antena 3, que su defendido «no tendrá un proceso justo (en España) por la mediatización del caso», lo que ha provocado que «todos ya lo consideran culpable».

En caso de que se presente la alegación –presumiblemente apoyándose en la «falta de seguridad» de Morate en España–, la Alta Corte de Casación y Justicia de Bucarest será el organismo que ratifique o no la orden de extradición. A todas luces, el proceso únicamente podría alargarse unos días, el tiempo que el detenido espera ganar con el objetivo de que se alivie la crispación popular que ha provocado el caso en el entorno de Cuenca. Una vez que la extradición se valide definitivamente, las autoridades españolas tendrán un plazo de diez días para hacerla efectiva.

Por otro lado, la entrega de las pertenencias del acusado –ropa, teléfono móvil y coche– a las autoridades nacionales promete impulsar la resolución del caso. La Policía Científica de España procederá a investigar tanto la tarjeta del móvil como el vehículo con el fin de involucrar a posibles cómplices o encontrar las pistas que confirmen la culpabilidad de Morate. Aún se desconoce si el análisis se realizará en suelo español o en Rumanía, a cargo de un equipo de agentes desplazados hasta el lugar en el que se encuentra custodiado el coche.

La Fiscalía rumana solicitó ayer al juzgado de Timisoara que se ampliara el arresto preventivo de Morate, una medida necesaria para que puedan seguir desarrollándose los trámites de la extradición. Finalmente, el juez concedió 30 días más a dicho plazo, aunque se espera que no llegue a agotarse. Llegado el momento, no se descarta que el transporte del detenido pueda realizarse en un avión privado policial para reforzar la seguridad.

Con expediente abierto en Rumanía

Once días después de su detención en un apartamento de la ciudad rumana de Lugoj, el destino de Sergio Morate depende de los avances del proceso de extradición, pero también de la investigación que las autoridades rumanas mantienen abiertas sobre Istvan Horvath, un proceso que no debería suponer ningún impedimento para la vuelta a España del arrestado. Y es que Morate tiene un expediente abierto para que su testimonio pueda esclarecer el grado de complicidad de Horvath en los hechos o en el encubrimiento del presunto culpable del doble crimen de Cuenca. Con el análisis que se va a realizar del teléfono y del coche de Morate podría conocerse la conversación mantenida entre ambos, lo que determinaría el desconocimiento que Horvath alegó sobre lo que Morate pudiera haber hecho en Cuenca justo antes de viajar a Rumanía.