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Anafilaxia: las alergias más letales

Tras una crisis, los pacientes han de saber autoinyectarse la adrenalina
Tras una crisis, los pacientes han de saber autoinyectarse la adrenalinalarazon

Los casos más agresivos de reacciones inmunológicas del organismo aumentan un 50 por ciento en España por alimentos y medicinas.

Las formas más agresivas de alergia matan. Estos casos responden a la aparición de la anafilaxia o reacción alérgica grave, que no es otra cosa, que la máxima expresión de sensibilidad del organismo debida a la acción de ciertas sustancias orgánicas, después de algún tiempo de haber estado en contacto con ellas. Potencialmente mortal es la causada por picaduras de insectos, pero también por alimentos y fármacos, dos factores estos últimos que provocan cada vez más casos en España, según han alertado hoy los expertos con motivo de celebrarse la Semana Mundial de la Alergia. Aunque se estima que puede afectar a una de cada 300 personas en algún momento de su vida, hay estudios que demuestran cómo su prevalencia ha aumentado un 50 por ciento en los últimos años. Además, según los expertos, dos de cada diez casos se manifiestan de forma silenciosa.

En cifras

Bajo el lema «Anafilaxia: cuando la alergia es letal», en el marco de la «Semana de la Alergia», médicos y pacientes han destacado la importancia de dar a conocer los síntomas de esta reacción que puede afectar a personas de todas las edades y, según una de las pocas estadísticas que existen sobre este tema, una vez en su vida a tres de cada mil habitantes. Las alergias han sido calificadas como «la epidemia del siglo XXI» por el ex presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU, Tomás Chivato.

En concreto, la anafilaxia es «una explosión alérgica que afecta a todo el organismo y que se produce de forma muy rápida, brusca y que puede ser fatal», resalta la jefa del Servicio de Alergia del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), Montserrat Fernández. Asimismo, Fernández es una de las pocas profesoras de alergias –es una asignatura que no se imparte en todas las universidades–, y ha subrayado la «dificultad» de definir la anafilaxia, pues puede presentarse con un cuadro clínico complejo, desde síntomas a nivel cutáneo (enrojecimiento, picor, hinchazón) hasta respiratorios (ahogo), digestivos (náuseas, diarrea) y circulatorios (mareo, baja de tensión).

Difícil recuento

Se da la circunstancia de que muchas personas sufren alguno de esos síntomas de manera leve y no llegan a acudir a un médico o a un hospital, por lo que las estadísticas sobre alergias son complicadas de hacer, aunque España y una decena de países europeos participan desde hace poco en un registro on-line. En España se cuenta, además, con la realizada por el Hospital Fundación Alcorcón (Madrid), cuyos datos pueden extrapolarse al resto de España, según Fernández, y que nos dice que 113 personas sufren al año una anafilaxia por cada 100.000 habitantes, que de cada 1.000 personas que acuden a urgencias una es por ello, o que de cada 5.000 ingresos hospitalarios 1,5 son por esta «alergia letal».

La dificultad en el diagnóstico estriba en que no hay un conjunto de signos definidos y lo único que se da en todos los pacientes es la rápida progresión en la gravedad o intensidad de los síntomas, tanto en niños como en adultos. Con la premisa de que la anafilaxis está infradiagnosticada, los datos epidemiológicos sitúan la incidencia de la anafilaxis en Europa entre 1,5 y 8 por cada 100,000 personas/año, destacando un aumento de los casos con anafilaxia en los últimos 20 años, como apuntan en la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (Eaaci). La prevalencia europea de la anafilaxia, asimismo, se estima que es de un 0,3 por ciento y es un proceso cuya morbilidad está infravalorada. Más de 17 millones de personas en Europa sufren alergias a los alimentos, y uno de cada cuatro niños europeos en edad escolar vive con una enfermedad alérgica. Además, en población infantil, van en aumento las reacciones alérgicas graves, potencialmente mortales, producidas por alergias a alimentos.

En nuestro país los casos más habituales no son por picaduras de abejas o avispas (5/10 por ciento frente al 25 por ciento de la UE), sino por alimentos (especialmente entre niños y jóvenes) y medicamentos (adultos), según se recoge en la nueva guía para pacientes «¿Qué es la Anafilaxia?». Frutos secos, leche, huevo, frutas, pescados y mariscos son los alimentos que más alergias provocan, y los antibióticos y antiinflamatorios, entre los medicamentos. Precisamente unos anacardos fueron lo que produjeron una anafilaxia a un hijo de Pilar Hernández, presidenta de la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (Aepnaa), y que ha llamado la atención sobre «la incertidumbre y ansiedad» que provocan las alergias a los padres de niños pequeños. Hernández ha abogado por más información en los colegios, los restaurantes y en el etiquetado de alimentos.

Por su parte, Fernández ha reconocido también que los adolescentes alérgicos o asmáticos forman un grupo de edad en el que se producen «más muertes» al «asumir riesgos» a la hora de comer fuera de casa o al estar quizá «mal controlados». Llamar al 112 o acudir a un hospital es una opción pero, como un alérgico a una picadura, puede morir en 10 minutos o en 25 por un alimento, los expertos recomiendan la autoadministración de adrenalina inyectable.

Tratamiento inmediato

La adrenalina por vía intramuscular (en el muslo) es la pauta «más eficaz», ya que previene del broncoespasmo y del colapso cardiovascular, ha afirmado Tomás Chivato, que ha comentado la importancia de que un paciente con riesgo no salga de casa sin llevar consigo adrenalina autoinyectable (bajo receta médica).

«La pregunta del millón», ha reconocido Montserrat Fernández, es saber por qué está aumentando el número de casos de anafilaxia, aunque ha apuntado que puede deberse a un «cambio de respuesta inmunológica» ante el tipo de vida occidental, y por «una mezcla de factores genéticos y ambientales». «Nuestra sociedad está trabajando a conciencia para aumentar el conocimiento sobre la anafilaxia, tanto desde el punto de vista puramente científico, como para que profesionales sanitarios, pacientes y la sociedad en general reconozcan la importancia de esta patología», ha explicado el presidente de la Seaic, José María Olaguibel.

Finalmente, la secretaria general de Eaaci y presidenta del comité directivo que ha elaborado las nuevas directrices, Antonella Muraro, ha destacado la necesidad de profundizar en las estrategias para evitar la aparición de la anafilaxias, con el fin de reconocer los síntomas y las señales de advertencia, así como para determinar «cuándo y cómo» de deben administrar los medicamentos, incluida la adrenalina autoinyectable. Aquí cobra importancia la formación y la información de profesionales y médicos, por lo que profesionales de la Seiac con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la anafilaxia elaboraron una «Guía de Actuación en Anafilaxia (GALAXIA)» que se ha convertido en un manual esencial para los profesionales sanitarios.

Para ampliar su difusión entre la población general, y en especial entre los enfermos alérgicos, este año se ha adaptado la guía «Galaxia» para pacientes que recoge de manera más sencilla qué es la anafilaxia, cómo se reconoce, cómo se trata, qué hacer ante un cuadro grave y dónde recurrir en caso de duda. Tomás Chivato, coordinador de la misma, asegura que «será muy útil, ya que cubre las necesidades de los no profesionales sanitarios en esta área y mejorará el diagnóstico y tratamiento de la anafilaxia, disminuyendo la morbilidad y sobre todo la mortalidad por esta causa».

Formación imprescindible

Los pediatras reclaman un mejor acceso a los planes de formación, sobre todo en relación a los aspectos clínicos de la anafilaxia, y material audiovisual explicativo para reconocer sus síntomas, guías de actuación fáciles de manejar o material de entrenamiento, ya que «no tienen suficientes medios ni tiempo para formar a los pacientes», señala Manuel Praena, coordinador del Grupo de Vías Respiratorias de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y también coordinador del estudio.

Además, pese a que la mayoría de pediatras, con experiencia de más de 20 años, «reconoce haber leído las guías de tratamiento de anafilaxia y existen criterios claros de indicación de adrenalina autoinyectable (AAI) establecidos por la World Allergy Organization, existe un déficit de prescripción en casos en que estaría indicada y dudas sobre cómo aplicarla de manera correcta tanto por parte de los padres como de los propios médicos», asegura Carlos Sánchez Salguero, miembro de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap).