Kenia

La polio revive junto al mayor campo de refugiados del mundo

Un brote del virus pone en alerta a los responsables sanitarios del cuerno de África y a las organizaciones mundiales que quieren acabar con él para 2018

Una niña en el campo de refugiados de Dadaab
Una niña en el campo de refugiados de Dadaablarazon

Hasta hace muy poco, la polio era una enfermedad común en todo el mundo y no se libraron de ella ni celebridades como el presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt, el director de cine Francis Ford Coppola o el futbolista brasileño Garrincha. Aunque la guerra había empezado antes, en 1988 comenzó la ofensiva definitiva para vencer al virus que produce el mal, un organismo que solo ese año infectó a unas 350.000 personas y que dejó paralizadas sin remedio a casi 2.000.

Entonces, en la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS se adoptó una resolución para erradicar la enfermedad. Quince años después, se está librando puerta a puerta la última batalla de esta guerra. En 2012, solo se registraron 223 casos y la polio ya solo es endémica en Pakistán, Afganistán y Nigeria. En 1988 lo era en 125 países.

Pero como en todas las guerras, en las batallas finales sigue habiendo víctimas. En las últimas semanas, según ha informado la OMS, se está produciendo un brote de polio en el cuerno de África. El 30 de abril, una niña de cuatro meses que vivía cerca de Dadaab, en Kenia, mostró síntomas de parálisis y dos personas que estaban en contacto con ella, aunque estaban sanas, eran portadoras del virus. Desde julio de 2011 no se había detectado ningún caso de polio en ese país. Además, el pasado 9 de mayo, se confirmó otra infección en Banadir, Somalia. Para responder al estallido, el 14 de mayo se inició una campaña de vacunación de 440.000 niños en Somalia y el próximo 26 se realizará una segunda ronda en la que también se incluirán las regiones afectadas de Kenia.

La OMS ya ha advertido de que "el riesgo para los países vecinos se considera muy elevado", debido a los grandes movimientos de población que se producen en una de las regiones más convulsas del planeta, y a las lagunas de vacunación y vigilancia que existen en muchos de esos países. Solo en Dadaab, donde se descubrió a la niña infectada, hay más de medio millón de personas de toda la región en el que puede ser el mayor campo de refugiados del mundo. La última vez que se produjo un brote de polio en Somalia, en 2005, 228 niños quedaron paralizados. Josefa Masa, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, explica que "la situación económica o las guerrillas dificultan la vacunación"en esa región, pero que también, personas vacunadas que estén eliminando el virus pueden ser un foco de contagio a través de las heces".

Para minimizar el riesgo, ya se ha lanzado una alerta para incrementar la vigilancia en todos los países de la región, pidiendo que se organicen búsquedas de posibles casos desconocidos y que se identifiquen las zonas menos protegidas por la vacunación y la prevención para cubrir posibles focos descuidados.

Además de los problemas de desarrollo de África, los problemas políticos y religiosos han agravado las dificultades para acorralar al poliovirus. Hace diez años, las campañas de vacunación se suspendieron en Nigeria durante 11 meses mientras algunos investigadores locales descartaban los rumores de que las vacunas causaban sida o eran parte de un plan occidental para esterilizar a las niñas musulmanas. Durante ese tiempo, los casos de polio se multiplicaron en el continente y la cepa del virus de Nigeria llegó hasta la Meca, en Arabia Saudí, donde un niño nigeriano quedó paralizado.

Profesionales sanitarios asesinados

Recientemente, los profesionales encargados de vacunar a los niños frente a la enfermedad han sufrido ataques, según se cree por parte de grupos fundamentalistas, en Pakistán, donde nueve profesionales sanitarias fueron asesinadas en diciembre del año pasado. Aunque los talibanes de ese país no reivindicaron el crimen, algunos clérigos de ese país lanzaron fatuas contra las trabajadoras sanitarias. Además, una campaña falsa de vacunación para localizar a Bin Laden agravó la animadversión frente al trabajo para erradicar la polio. En febrero, un nuevo ataque que tampoco fue reivindicado, acabó con la vida de otros nueve trabajadores sanitarios, en su mayoría mujeres.

Pese a lo dramático de estos sucesos, desde el Rotary International, una de las organizaciones que lideran la ofensiva lanzada en 1988 con el objetivo de acabar con la polio en 2018, no consideran que sea el principal reto para cumplir con el plan. La primera dificultad es llegar a los niños con las vacunas, en segundo lugar contar con una gestión y una fiscalización de los programas adecuada, después las malas infraestructuras y a continuación los problemas de inseguridad. Entre los aspectos positivos, según explica Masa, se encuentra el desarrollo de nuevas vacunas más eficientes que hacen confiar en el éxito e incluso en dejar de tener nuevas infecciones hacia 2014. Si se lograse, sería uno de los mayores éxitos frente a las enfermedades infecciosas desde la erradicación de la viruela a finales de los setenta.

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