Enfermedades

Uno de cada tres españoles ha tomado ansiolíticos en el último año

El 29 por ciento de los españoles ha tomado medicamentos para tratar la ansiedad en el último año, una cifra llamativamente alta si se compara con la de otros países europeos, tal y como revela una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Este es uno de los datos que se extraen de esta encuesta realizada a más de 2.000 españoles entre 18 y 74 años sobre su experiencia con los medicamentos para tratar la ansiedad, un estudio que se ha desarrollado simultáneamente en Bélgica, Italia, Portugal y Brasil.

En España hay un elevado porcentaje de la población que toma este tipo de medicamentos de forma prolongada: cuatro de cada diez españoles han recurrido en alguna ocasión a fármacos para tratar la ansiedad, un porcentaje que en el caso de las mujeres se eleva hasta el 50 por ciento.

Impactante es para la OCU que la decisión de tomar estos medicamentos parta principalmente del médico de familia (en un 57 por ciento de los casos) en lugar del especialista, y que seis de cada diez pacientes digan no haber sido informados por el médico del riesgo de dependencia en que incurrían al tomar ansiolíticos.

El perfil del usuario habitual de estos medicamentos es el de una mujer mayor de 34 años, con un nivel de estudios bajo-medio y que se encuentra en situación económica difícil o de desempleo.

Las razones que se argumentan para tomar estos medicamentos son en un 32 por ciento de los casos por la dificultad en conciliar el sueño; en un 30 por problemas laborales; en un 29 por ciento lo hacen por sucesos traumáticos y un 17 por causas económicas.

Y los consumidores habituales no acostumbran a superar las dosis recomendadas: un 43 por ciento de los pacientes toman estos fármacos por debajo de la dosis prescrita, aunque lo más usual es tomar lo pautado, tanto entre quienes toman ansiolíticos o inductores del sueño (50 %), como los que usan antidepresivos (67 %).

Sólo un 36 por ciento de los encuestados declararon que el especialista les señaló los posibles efectos adversos, cuando estos medicamentos, advierte la OCU, "pueden provocar pérdidas de memoria y somnolencia diurna mientras se toman".

"Mayores pueden ser incluso los problemas al abandonar la medicación", según señala la organización de consumidores, que apunta a que el 38 % tuvo dificultades para dormir tras dejar de tomar ansiolíticos y a un 37 % les aumentó la ansiedad.

Mientras, de los que habían tomado antidepresivos, el 26 por ciento tuvo problemas de ansiedad al dejar de tomarlos y el 22 experimentó mayor irritabilidad.

Los datos más preocupantes, según la encuesta, son los problemas de dependencia que generan ya que un tercio de los usuarios consultados reconoció que si no tienen su medicación a mano sienten nerviosismo.

De las respuestas de los entrevistados se desprende que un 23 por ciento de los consumidores de ansiolíticos se ajustan a un perfil de dependiente, un riesgo que se incrementa hasta un 32 por ciento en aquellos que llevan tomando este tipo de medicación más de un año.

La OCU aconseja que las personas que tengan problemas para dormir o que estén nerviosos o decaídos prueben con cambios en el estilo de vida, hagan ejercicio, coman de forma más saludable y comenten su situación con alguien de confianza, antes de recurrir a los fármacos.

Recomienda también aprender a tomarse las adversidades de otra manera porque hay situaciones traumáticas en las que es normal sentirse mal, probar en determinados casos con la psicoterapia y, en todo caso, si el médico le receta algún fármaco, preguntar sobre sus posibles efectos adversos.

La organización de usuarios ha remitido los datos del estudio a la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios.