Mascotas

Sánchez Dragó: «Dami me pide ayuda cuando Teseo la persigue con propósitos lascivos»

El escritor tiene tres gatos adoptados y asegura que Bufa es vegetariano porque le fascina el mango y la papaya

El escritor, junto a sus gatos en el sofá donde se sienta a leer y los tres se le tumban encima
El escritor, junto a sus gatos en el sofá donde se sienta a leer y los tres se le tumban encimalarazon

Al primero se lo envió desde Asturias una asociación que se dedica a acoger gatitos al saber lo desolado que estaba por la muerte de Soseki. Bufa y Dami eran dos felinos abandonados en las calles de Kioto y recogidos por dos japonesas que «me los trajeron a casa por si quería adoptarlos.

Al entrar en su casa en el barrio de Malasaña nos reciben sus tres gatos: «Teseo, que sustituyó al desaparecido Soseki, –que en la novela que escribí sobre él, «Soseki. Inmortal y tigre», recreaba la peripecia del héroe griego y se adentraba, como él, en el laberinto de mi casona de Castilfrío para salvar a mi nieta de las dentelladas del montacargas, que era el Minotauro–, y Damisela, alias Dami. Es suave, femenina, asustadiza, delicada y blanca como una pieza de porcelana». Por último, nos presenta a Bufanda, alias Bufa, «porque trepa por mis pantalones y mi jersey y se me enrosca al cuello». Al primero se lo envió desde Asturias una asociación que se dedica a acoger gatitos al saber lo desolado que estaba por la muerte de Soseki. Bufa y Dami eran dos felinos abandonados en las calles de Kioto y recogidos por dos japonesas que «me los trajeron a casa por si quería adoptarlos. Lo hice, y un año después los traje a España sorteando inmensas complicaciones burocráticas y sanitarias». No les permite dormir en su cama porque los dos japonesillos padecen un catarro crónico por los duros días vividos a la intemperie y sueltan moco. «Todos me reciben cuando llego a casa, me siguen al baño –menos Dami– y cuando me levanto Bufa se encarama al lavabo y trepa hasta mi hombro». Dami dormita sobre el router «y me pide ayuda cuando Teseo, el patriarca gatuno, la persigue con propósitos lascivos pese a estar castrado». Por cierto, este último es muy goloso y pide chucherías a su hijo Akela. «El ritual diario es que los tres se me tumban encima cuando me siento a leer en el sofá». Asegura que Bufa es vegetariano y le fascina el mango y la papaya. «Lo más bonito es que cuando estoy en Casltilfrío y se entera de que tengo que marcharme a Madrid, se escapa de casa para impedir que me vaya. Lo conté en mi libro “Pacto de sangre”, escrito con mi hija Ayanta, flamante finalista del Premio Planeta». En cuanto a sus proyectos lo tiene clarísimo: «Morirme lo más tarde posible, largarme de España (aunque es imposible mientras Akela siga escolarizado), escribir el segundo volumen de mis memorias y el tercero y... ¡Escribir solo libros y dejarme de colaboraciones en prensa, radio o televisión; ni charlas, ni cursos. Concluir una novela de amor romántico, cuidar de mi clan –gatos incluidos–, levantar una pirámide de libros con los ciento y pico mil volúmenes de mi biblioteca.... y otras cosas que no te voy a contar porque atañen a mi vida privada y a la de otras personas, mujeres todas ellas...».