Medicamentos
La investigación de una traductora médica pone el foco sobre los riesgos del Nolotil
La sombra de la duda se cierne sobre este analgésico, uno de los medicamentos más populares n nuestro país y que parece afectar más negativamente a la población del norte de Europa
La sombra de la duda se cierne sobre este analgésico, uno de los medicamentos más populares n nuestro país y que parece afectar más negativamente a la población del norte de Europa
Nolotil es el medicamento más vendido en la actualidad en nuestro país. Se trata de un analgésico a base de dipirona magnésica (metamizol) que se comercializa desde septiembre de 1966 y se financia por el Sistema Nacional de Salud (SNS) a menos de 2,5 euros.
Por eso, y porque las cifras de consumo se han se ha duplicado en los últimos 10 años, (en 2013 y 2017 se dispensaron recetas con cargo del SNS 14,6 y 22,8 millones de envases de cápsulas respectivamente) llama poderosamente la atención el aviso hecho público por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps) sobre su uso en la que se advierte sobre el riesgo de un, a priori, raro efecto adverso derivado de su consumo: la agranulocitosis.
“una disminución importante del número de granulocitos -un tipo de glóbulos blancos del organismo, producidos en la médula ósea que permiten combatir infecciones- lo que hace que le sea más difícil al cuerpo combatir los gérmenes y así quien la sufre está más inclinado a padecer infecciones», explica Javier García Pellicer, jefe de Sección del Servicio de Farmacia del Hospital La Fe de Valencia y tesorero de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.
Aunque su existencia es conocida por los experto y está recogida en su ficha técnica (donde se considera de aparición muy rara, dándose en menos de un paciente de cada 10.000 que toman el medicamento, cuando se toma menos de una semana), parece que esta complicación podría ser más común de lo que se pensaba y que llega tras la evidencia de numerosos casos registrados por una traductora médica de Valencia que puso sobre aviso a la Agencia.
«Mi trabajo consiste en traducir y actuar como intermediaria entre los pacientes, en su mayoría británicos, y los médicos -cuenta Cristina García del Campo, responsable de “levantar la liebre” sobre este asunto- Hace once meses, me di cuenta de que varios de los británicos para los que traducía, tenían o habían tenido sépsis. Me extrañó y decidí investigarlo. Me di cuenta de que todos tenían una cosa en común: habían estado tomando Nolotil. Yo sabía que el metamizol no está autorizado en el Reino Unido (ni en muchos otros países) así que pensé que era posible que no les fuera bien a estas poblaciones y decidí presentar mis sospechas en Farmacovigilancia y en el Ministerio de Sanidad».
Ante la solidez de las evidencias presentadas por García del Campo, que ha conseguido reunir alrededor de 120 casos (el último de ellos una mujer belga que permanece aún ingresada), la Aemps se reúne con ella y “muy sorprendidos por los datos que les enseño” decide tomar cartas en el asunto y culmina con la emisión del comunicado en el que recomienda, entre otras cosas, emplearlo sólo para tratamientos de corta duración a las dosis mínimas eficaces, vigilando la aparición de sintomatología indicativa de agranulocitosis y, si es necesario un tratamiento prolongado, realizar controles hematológicos periódicos incluyendo fórmula leucocitaria, y no utilizar metamizol en pacientes en los que no sea posible realizar controles.
La pregunta que surge ahora es ¿podemos seguir tomando nolotil? ¿es seguro? Según García Pellicer, “sí, siempre que se cumpla con la prescripción de su médico, que ya habrá tenido en cuenta la duración del tratamiento y la dosis adecuada. Lo que hay que evitar es la automedicación o el consumo de este medicamento a unas dosis o con una duración superior a la prescrita por el médico”. Porque ése es uno de los principales problemas: su fácil acceso (a día de hoy es relativamente fácil obtenerlo en farmacia sin receta) y la normalización de su uso para dolores comunes.
“En casos de moderado a grave se prescribe metamizol en cápsulas (575 mg), dos cada ocho horas. El de uso hospitalario es intravenoso y cada ampolla es de 1.000 miligramos”, explica Maria Ángeles Canós, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED) quien, coincide en que “su indicación está sobreutilizada como analgésico. Los hay más potentes y con menos efectos secundarios o más fáciles de controlar”.
El mecanismo exacto por el que el metamizol desencadena esta agranulocitosis no se conoce, aunque se supone que es «de naturaleza inmunológica. Puede aparecer incluso cuando ya se haya utilizado metamizol con anterioridad sin complicaciones», señala García Pellicer. Esto se explica, cuenta Canós, porque “en un primer contacto con el medicamento a lo mejor la reacción es leve y pasa inadvertida, y en el segundo contacto puede haber una más grave”.
Por eso, y porque aún queda por determinar porqué parece afecta más a la población del norte de Europa que a la población local, la sombra de la duda se cierne sobre uno de los medicamentos más populares del que “es increible lo poco que se sabe” cuenta García del Campo, quien asegura no querer alarmar a la gente pero advierte que la mayoría de casos que ha registrado “se han producido con Nolotil, no con su genérico metamizol, y generalmente en su versión oral (no la inyectable de uso hospitalario) a veces con tan sólo una cápsula”.
“Me parece correcto lo que hace la Aemps, porque la incidencia de efectos adversos es muy baja es muy grave pudiendo ser mortal”, concluye Canós.
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