Turismo

Según la prensa inglesa, los españoles lamentan la caída de turistas británicos este verano

Comerciantes de Magaluf señalan que los visitantes británicos gastaban más en bares y restaurantes que los nuevos turistas europeos, más centrados en el consumo dentro de los hoteles

Bauzá ha subrayado la apuesta de su gobierno por un turismo de excelencia en el que no tienen cabida ni las prácticas de la calle Punta Ballena de Magaluf.
Turistas británicos en una fiesta mallorquinalarazon

Un artículo reciente de The Telegraph refleja cómo la ausencia de turistas británicos en Magaluf (Mallorca) ha provocado alarma entre la población local. El reportaje destaca la preocupación de los dueños de bares y comercios, que advierten que el público anglosajón solía dejar mayor propina y se mostraba más proclive al consumo fuera de los hoteles. Ahora, con el auge de visitantes italianos, alemanes y franceses, los ingresos de estos establecimientos se han resentido, a diferencia de lo que ocurría con sus compatriotas, destaca la noticia

Los turistas procedentes de otros países suelen concentrar sus gastos dentro de los resorts, una tendencia que deja fuera de juego a los negocios independientes de la zona. El reportero entrevista a varios empleados locales que subrayan que, aunque el ambiente ahora es más tranquilo, añoran el dinamismo económico que generaban los viajeros británicos. En palabras de una camarera: “echamos de menos a los ingleses porque los ingleses gastan dinero”.

Este cambio se ve impulsado, en parte, por las políticas del Gobierno balear destinadas a fomentar un turismo más sostenible. Con sanciones por consumo de alcohol en la vía pública (de hasta 3 000 euros), restricciones en “happy hours”, límite en el número de bebidas en paquetes “todo incluido” y restricciones para barcos de fiesta, se busca reducir los comportamientos festivos que históricamente atrajo el turismo británico. Estas medidas, aunque efectivas para calmar la masificación, han alterado la fórmula económica tradicional de la zona.

El sector hostelero observa cómo estos cambios han modificado profundamente la dinámica turística: los nuevos visitantes no salen de fiesta hasta altas horas ni consumen tanto en bares locales. Otra de las declaraciones para el artículo inglés es la de una residente con 20 años en Mallorca, “quizá venga un grupo de italianos a tomarse un espresso durante cuatro horas”. Mientras que la afluencia es más serena, el impacto económico es tangible