Ibiza

Seis de cada diez españoles no pediría la baja médica si sufriera depresión

Casi un 90 por ciento de trabajadores en España cree que la depresión afectaría a su rendimiento laboral, pero un 64 por ciento no cogería la baja médica si sufriera esta enfermedad y casi uno de cada tres no lo comunicaría en su trabajo. Así se desprende del estudio "La depresión y la ansiedad en el entorno laboral", realizado por Ipsos Public Affairs, y presentado hoy en el marco del XIV Seminario Lundbeck, en el que expertos en psiquiatría han debatido sobre este trastorno.

La depresión es un trastorno mental grave que tiene una prevalencia alta (afecta a entre un 8 y un 15% de la población adulta) y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de discapacidad en el mundo occidental. Según el estudio, realizado sobre una muestra de 1.001 entrevistas, del 62,6% de trabajadores que comunicarían en el trabajo que padecen depresión, la mayoría lo harían con un superior (58,1%) antes que con los compañeros (45%).

Los colectivos que en menor medida cogerían la baja serían mujeres, contratados a tiempo parcial, trabajadores de empresas pequeñas de hasta 50 empleados y los mayores de 55 años. Para el doctor Miquel Roca, de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y profesor de la Universidad de las Islas Baleares, el motivo es que "el estigma de las enfermedades mentales sigue siendo un tema pendiente, sin resolver, en el que cuesta muchísimo dar pequeños pasos".

Y en el entorno laboral, se traduce "en enormes dificultades de pacientes con depresión para comunicarle su situación a sus compañeros de trabajo, a sus jefes más inmediatos o a su entorno". Para combatirlo, habría que exigir que se equipare la atención y la asistencia de los trastornos mentales a otras enfermedades médicas, ha señalado el doctor Roca.

En España, la depresión constituye una de las principales causas de baja laboral por incapacidad temporal y permanente. Pero aún sin baja laboral, se asocia a pérdidas significativas de la productividad, incluso por encima de la mayoría de las enfermedades crónicas.

De hecho, de los 92.000 millones de euros en los que se estimó el coste de la depresión en la Unión Europea en 2010, el 58,6% correspondió a costes indirectos. El doctor Roca ha abogado por poner en marcha planes de prevención de la depresión en el entorno laboral, así como por focalizar en atención primaria el riesgo para personas en edad laboral.

En el seminario, los psiquiatras han coincidido en que la depresión "es mucho más que estar triste; es un estado de ánimo permanente", algo que muchas veces ni siquiera los médicos de atención primaria entienden. "Tengo colegas a los que les tengo que explicar que es una enfermedad", ha asegurado el doctor Manuel Bousoño, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oviedo.

Infradiagnóstico

Esta es una de las razones de que exista infradiagnóstico (solo son diagnosticados entre el 40 y el 50% de los que acuden al médico de atención primaria), lo que significa que no se trata de forma adecuada "generando sufrimiento a quienes la padecen y a su entorno más cercano". A este respecto, el doctor Roca, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría, se ha mostrado convencido de que los médicos de familia cada vez están más sensibilizados, pero no pueden detectar una depresión en los poco más de 4 minutos de los que disponen para atender a cada paciente.

"¿Podríamos admitir que el 50% de los pacientes diagnosticados de cáncer no estuvieran tratados?", se ha preguntado el doctor Roca. Por ello, desde las sociedades científicas se está valorando la posibilidad de presentar a los partidos políticos un documento de mínimos.

Para el doctor Guillermo Lahera, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares e Investigador en el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria en el Cibersam, cuando tienes depresión "te bajan las baterías", como ocurre con los móviles. El profesor Bousoño ha incidido en que es una enfermedad grave, "exactamente igual que otra"y ha asegurado que, además de que en muchos casos acaba en suicidio, también puede empeorar el pronóstico del cáncer y el sida y está asociada a un mayor riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares o diabetes.

Este psiquiatra ha advertido de que la depresión "es una epidemia que va a más"y ha lamentado la falta de campañas de prevención y la escasa atención por parte de las autoridades sanitarias.

Existen estudios que demuestran que la depresión se asocia con una disminución de las funciones cognitivas (falta de atención o de memoria), que se mantiene una vez que los pacientes se recuperan. Y aunque estos síntomas no son tan manifiestos como la tristeza, la desesperanza o la culpa, "sí impiden que el paciente vuelva a su vida normal", ha señalado el doctor Lahera.