Videos

La Policía resuelve en 11 conclusiones el doble crimen de Sergio Morate

«Estableció en su cabeza la fecha para su ataque y había previsto hace un mes salir de Cuenca»

Sergio Morate, principal sospechoso de la muerte de las dos jóvenes de Cuenca
Sergio Morate, principal sospechoso de la muerte de las dos jóvenes de Cuencalarazon

«Estableció en su cabeza la fecha para su ataque y había previsto hace un mes salir de Cuenca»

«Motivado por los celos y el despecho que sentía hacia la que hasta semanas antes del doble crimen había sido su compañera sentimental durante cinco años, Maryna Okarynska, y que le había abandonado, Sergio Morate decidió planificar un ataque contra su vida. También pensó en cómo deshacerse de su cadáver». Así reza la primera de las once conclusiones contenidas en un contundente informe redactado por el Grupo 1º de Homicidios de la Udev Central al que ha tenido acceso LA RAZÓN. «Una vez tomada la decisión de quitarle la vida, Sergio Morate habría adquirido o conseguido los elementos necesarios para dar muerte a Marina y deshacerse del cuerpo. Hablamos de bridas, bolsas de basuras, cal, pico y azada», continúa la segunda deducción. Los investigadores sospechan que compró todos los materiales en una tienda regentada por ciudadanos de nacionalidad china a las afueras de Cuenca, pero reconocen que no tienen ningún testigo que le viera adquirirlos y «que las cámaras de seguridad del establecimiento no funcionaban. No hay imágenes pero, si las hubiera apostaría lo que fuera a que Morate aparecería», apuntan.

Coche prestado

«Si bien Sergio disponía de varios vehículos propios», se lee en la siguiente conclusión, «e incluso de la empresa de fabricación de su familia, optó por pedir prestado otro coche con el claro objeto de utilizarlo para el plan trazado y evitar así cualquier relación de este hecho con los vehículos que habitualmente utilizaba».

Precisamente, el joven que le dejó voluntariamente su Seat Ibiza declaró este viernes en sede judicial. Su relato coincide con el que ya realizó ante los investigadores el 25 de agosto. Según aquella declaración, el día del doble crimen se encontró con Sergio por la mañana en una tienda y allí el imputado le pidió que le dejara su coche, a lo que él accedió. Los investigadores están convencidos de que fue ese vehículo el que usó para trasladar los cadáveres. Sin embargo, a pesar de los titánicos esfuerzos, de momento, entre las muestras recogidas no se ha encontrado ningún resto de origen biológico, sangre, saliva o sudor que pertenezca a las dos jóvenes, lo que habría delatado sin duda su presencia.

«Una vez dispuesto lo necesario», continúan las conclusiones del informe policial, «estableció en su cabeza la fecha para llevar a cabo su ataque, advirtiendo ya a sus padres que el 6 de agosto (día del asesinato de Laura y Marina) no podría ir a trabajar. Al mismo tiempo, había previsto hacía un mes salir de Cuenca, junto a su amigo Alexander, hacia Alicante, para asistir a un concierto. La idea era utilizar esa cita a modo de coartada».

Tras los crímenes y el enterramiento, «Morate habría optado por abandonar precipitadamente nuestro país con su vehículo habitual. La única posibilidad de recibir ayuda era de su amigo y compañero en prisión, Istvan Horvath, a quien acudió directamente, llegando incluso, según declaró el ciudadano rumano, a confesarle su responsabilidad en las muertes de Marina y de Laura», reza la última conclusión.

Víctimas en el maletero y en el asiento

Morate estuvo detenido casi un mes en Rumanía. Allí proclamó su inocencia. Fue subirse al avión que le trasladó a España y reconocer su culpa. Dos policías le dijeron al magistrado que en el trayecto habló: «No fue una confesión detallada. De sus expresiones se deduce que cometió los crímenes, pero no dijo ni que las mató, ni que después de asesinarlas dejó los cadáveres en el maletero y se fue a cenar. Sí explicó que la dos juntas entraron en su casa e hizo un gesto de que había cerrado la puerta con llave. Admitió que trasladó a una en el maletero y a otra, en el asiento de atrás».

cenar. Lo que sí explicó es que la dos juntas entraron en su casa e hizo un gesto de que había cerrado la puerta con llave. Sí admitió que trasladó a una en el maletero y a otra en el asiento de atrás”.