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Si la montaña no va a Mahoma... Mahoma va a la «Champions»

Una «bula» del Corán permitirá comer a los futbolistas durante la final de Liga de Campeones que coincide con el Ramadán

Salah, jugador egipcio del Liverpool / Ap
Salah, jugador egipcio del Liverpool / Aplarazon

Una «bula» del Corán permitirá comer a los futbolistas durante la final de Liga de Campeones que coincide con el Ramadán.

Hay pocas cosas más polémicas que la religión, y cuando se junta con el fútbol, sin duda el tema que más debates de barra de bar genera, la discusión está servida. A pesar de que siempre que se producen tienen como respuesta el rechazo de la sociedad en pleno, a día de hoy aún se oyen algunos cánticos racistas en estadios de fútbol, si bien es verdad que cada vez son hechos más aislados. Y es que en el deporte de élite tienen cabida profesionales de todas las creencias; el conflicto llega cuando la fe puede interferir en el rendimiento físico. En el caso de los musulmanes, cada año se ven en la encrucijada de decidir si guardan ayuno o no en el mes sagrado del Ramadán, entre el 16 de mayo y el 14 de junio. Esta vez el dilema es, si cabe, mayor para algunos porque coincide con las finales de las máximas competiciones europeas, y también con la preparación del Mundial de Rusia.

Un portavoz del Centro Islámico de Madrid salió al paso de las conjeturas de los aficionados: «Los futbolistas que quieran pueden dejar de ayunar y recuperar los días después del Ramadán tomando en consideración el dictamen vinculado con el viajero». Al igual que la regla de no ingerir ni comida ni bebida, ni tampoco mantener relaciones carnales, desde la salida hasta la puesta del sol tiene como excepción a las personas enfermas, aquellos que se hallen desplazados a partir de 48 millas –unos 83 kilómetros– de su lugar de residencia también pueden quedar exentos. El propio Mahoma lo dejó escrito: «Quien de vosotros estuviese enfermo o de viaje y no ayunase, deberá reponer posteriormente los días no ayunados». La única regla marcada para recuperar esos días es que el ayuno se tiene que producir a lo largo de los próximos once meses, antes del inicio del siguiente Ramadán.

La primera gran prueba para la fe de los musulmanes llegará el próximo 26 de mayo, el día que se celebra la final de la Champions League. Según explicó Jiri Dvorak, jefe médico de la Fifa, el Ramadán no tendría que suponer ningún impedimento para los deportista de élite. «Hemos hecho extensos estudios de los jugadores durante este periodo de tiempo, y la conclusión es que si se sigue adecuadamente no hay disminución en el desempeño físico de los jugadores», indicó. A pesar de la postura oficial, los seleccionadores nacionales se muestran escépticos: «No puedo entrenar a alguien que no bebe líquidos ni tiene calorías en el cuerpo», subrayó Héctor Cúper, entrenador de Egipto.

La preocupación por el rendimiento deportivo es mayor en los equipos africanos. Una de las federaciones que más en serio se ha tomado el tema es la argelina, que contrató a un médico especialista para saber los riesgos del ayuno. El prestigioso facultativo Yacine Zerguini concluyó que el Ramadán y el fútbol «son compatibles», y los mayores trastornos se recogen en el sueño. Las personas que lo cumplen a rajatabla alteran sus ritmos vitales, lo que también afecta a sus horas de descanso. Es por eso que Zerguini recomendó a los entrenadores de Argelia cambiar los horarios de entrenamiento a última hora de la tarde, para que de esa forma los jugadores recuperen la energía en la cena.

El caso de Argelia en 2014

Hace cuatro años el ayuno coincidió de pleno con el Mundial de Brasil, y el conjunto que tenía más papeletas para sufrir las peores consecuencias era Argelia. A pesar de las complicaciones, la selección africana logró pasar la fase de grupos como segundo clasificado, aunque posteriormente sucumbiera por la mínima –por dos goles a uno– en octavos de final ante Alemania, la que posteriormente se convertiría en Campeona del Mundo.