Sanidad
Simulación médica, el juego de salvar vidas
Las simulaciones anatómicas o los robot que hasta tosen del Complejo Multifuncional Avanzado de Simulación e Innovación Tecnológica (CMAT) de Granada, unos de los centros de entrenamiento más importantes del mundo, se han aliado con 22.000 sanitarios que mejoran sin riesgo su capacidad de salvar vidas.
Los profesionales sanitarios tienen en sus manos la vida de pacientes, un destino que depende del buen hacer y la rapidez en la toma de decisiones que entrenan en el Complejo Multifuncional Avanzado de Simulación e Innovación Tecnológica (CMAT) de Granada. Informa María Ruiz/Efe.
El CMAT, uno de los centros de simulación más importantes del mundo y referente en la formación de competencias técnicas sanitarias, recrea en sus cerca de 6.000 metros cuadrados de instalaciones situaciones reales para que los profesionales sanitarios entrenen su capacidad de actuar.
Ofrece, con un altísimo nivel de realismo, escenarios diferenciados que simulan un entorno urbano, el quirófano de un hospital, consultas de un centro de salud o una zona de cuidados intensivos.
Los más de 22.000 alumnos que se han matriculado en alrededor de 1.400 cursos de diferentes especialidades médicas pueden operar a un cerdo para un trasplante en asistolia, sentir cómo un robot tose cuando se somete a una laringoscopia o entrenar microcirugías cerebrales, una práctica sin riesgo para la vida para ganar la batalla en casos reales.
El director del centro, Gonzalo Olivares, ha detallado a Efe que las tecnologías y la metodología innovadora del CMAT atraen a alumnos de cuarenta países, que aprovechan las instalaciones de este recurso, dependiente de la línea IAVANTE de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud.
Un ejército de robots y maniquíes que accionan y reaccionan como si fueran seres humanos permite a médicos y cirujanos experimentar, renovar sus conocimientos y entrenarse con el mayor realismo.
Con novedosa tecnología, los alumnos se someten a simulaciones que comprueban sus reacciones ante la alergia del paciente a un medicamento, una subida de tensión, la fractura de una vena o cualquier otra complicación que pueda surgir en un quirófano real, pero sin víctimas.
El realismo es tal que prueban con maniquíes con la textura de un cuerpo pinchazos para extraer sangre o colocar una vía, unos maniquíes que se quejan y protestan, pero a los que no les salen moratones.
"Por su metodología eminentemente práctica y por la calidad de los docentes, estos cursos ayudan a afrontar el día a día y a actualizar conocimientos, algo fundamental en el campo de la medicina", ha explicado uno de los alumnos de los cursos de donación en asistolia y coordinador de Trasplantes del Hospital Virgen del Rocío, Luis Martín.
Los modelos realistas de caras, brazos o torsos se suman a los robots para practicar avances en la reanimación o los modelos para simular operaciones cardiacas, que reaccionan y hasta se mueren si el profesional no reacciona de manera adecuada a sus dolencias.
Mediante software específico de imagen sintética y sensación táctil, la simulación virtual recrea entornos anatómicos reales donde el alumno puede entrenarse en el manejo de la herramienta exploratoria, en el conocimiento anatómico de zonas concretas y en el diagnóstico y tratamiento de múltiples lesiones.
El CMAT cuenta además con una calle para simulacros y actuaciones de emergencia que permite entrenar desde la evacuación y asistencia de un edificio en llamas a un accidente de tráfico, una zona para poner al alumno en situaciones límite.
Y así, con máquinas y modelos, con cerdos, ratas y maniquíes, los médicos "juegan"a salvar vidas para garantizar su eficiencia en la vida real. EFE
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(foto) (vídeo)
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