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Ana Julia no se arrepiente

Ana Julia participó ayer en la reconstrucción de los hechos en la finca de Rodalquilar donde habría matado al pequeño. Según los agentes, está tranquila. Descartan que tuviera cómplices

La presunta asesina asiste a la reconstrucción de los hechos en la finca de Rodalquilar junto con miembros de las fuerzas de seguridad
La presunta asesina asiste a la reconstrucción de los hechos en la finca de Rodalquilar junto con miembros de las fuerzas de seguridadlarazon

Todo apunta a que cuando Gabriel se dirigía a casa de sus primos, Ana Julia le habría invitado a que subiera a su vehículo con cualquier tipo de disculpa, incluso la de ahorrarle el paseo. Hoy la Guardia Civil intentará una nueva reconstrucción de los hechos con la presunta autora del crimen.

«Ha dormido toda la noche a pierna suelta». A la presunta asesina del niño Gabriel Cruz, no le debe remorder mucho la conciencia ya que, según fuentes próximas a la investigación, consultadas por LA RAZÓN, la primera noche que pasó en el calabozo de la Guardia Civil de Almería parecía absolutamente tranquila, lejos del nerviosismo del pasado viernes, cuando se le tomó declaración.

Ana Julia Quezada aparenta ser una mujer «dura», que está dispuesta a afrontar lo que le va a deparar su futuro inmediato y no expresa, al menos externamente, signo alguno de arrepentimiento.

Actuación

No es de extrañar si se sigue su «actuación», junto a los padres de Gabriel, desde que se conoció la desaparición del niño. Su carácter le ha permitido fingir una gran pena por lo que había ocurrido, hasta erigirse en algunos momentos en casi portavoz de la familia. En el colmo del protagonismo, participó activamente en las batidas para dar con el niño, momento en el que cometió el error de dejar una camiseta del menor con el fin de desviar las pesquisas de la Guardia Civil.

A partir de ese episodio, las sospechas se centraron en ella pero siguió actuando con la misma aparente tranquilidad y normalidad.

A la hora de cierre de esta edición no se tenían noticias de que hubiera manifestado su voluntad de prestar declaración y mantenía su mutismo, dentro de una gran tranquilidad. En cualquier caso, los agentes están tratando de acumular todas las evidencias posibles antes de tomarle manifestación, lo que, probablemente, se producirá durante el día de hoy.

Esa aparente tranquilidad se quebró el pasado viernes, cuando agentes de la Guardia Civil le tomaron declaración para que les llevara hasta el niño y le tendieron una trampa con una pregunta-cebo para intentar cogerla en un renuncio. En un determinado momento del interrogatorio, los agentes que iban de paisano se desentendieron de lo que ocurría y entró en la sala un guardia vestido de uniforme. Se acercó a Ana Julia y le comentó que el hallazgo del niño era cuestión de poco tiempo, ya que la Benemérita tenía la matrícula del coche en el que se llevaron a Gabriel.

Nerviosismo

La hasta entonces segura de sí misma estuvo a punto de desmoronarse. Pálida, con visibles muestras de nerviosismo, no acertó a articular palabra. La estrategia de los interrogadores había dado en la diana y era cuestión de tiempo, como se demostró el domingo, que cometiera un nuevo error que sumar al de la camiseta.

Desde ese momento, estuvo permanentemente vigilada y no daba un paso sin que los agentes de la Guardia Civil tuvieran conocimiento de ello.

Durante su detención, intentó montar «el numerito» de la inocencia a gritos en plena calle y a continuación no se tienen noticias de que haya hecho nuevos comentarios.

En medios próximos a la investigación se indicó anoche a este periódico que por las evidencias que se tienen hasta ahora se confirma que Ana Julia actuó sola, sin ayuda de terceras personas, que el móvil del crimen fueron los celos del niño y por romper la buena relación de los padres.

La hipótesis de que hubiera secuestrado a Gabriel para cobrar un rescate no se sostiene porque el niño estaba muerto desde el principio y ella nunca hubiera podido hacerse con el dinero.

A primera hora de la tarde de ayer, la Guardia Civil la trasladó a una finca de la pedanía de Rodalquilar, en Níjar, para efectuar un registro y la reconstrucción de los hechos. En un pilón o arqueta, llena de barro, es donde habría estado el cuerpo de Gabriel tras ser estrangulado.

Allí fue a donde acudió desde Vícar el domingo por la mañana para recoger el cadáver. Tras envolverlo en una manta, lo metió en el maletero del automóvil que conducía y regresó a la citada población, momento en el que fue detenida por agentes de la Guardia Civil.

Ana Julia fue trasladada ayer a Rodalquilar en un furgón del Instituto Armado y llegó a las 15:30 horas, al mismo tiempo que la comitiva judicial encabezada por el instructor de la causa, el magistrado Rafael Soriano, quien ha decretado el secreto de las actuaciones. La reconstrucción de los hechos forma parte de las pesquisas que se realizan para saber qué paso con Gabriel Cruz desde que se perdió su rastro el pasado día 27 en Las Hortichuelas y determinar el lugar o lugares donde permaneció oculto desde ese momento.

Alquiler

La finca objeto de registro está vinculada a la familia del padre de Gabriel y había estado en régimen de alquiler, si bien desde hace varios meses no tenía arrendatario.

A falta de que Ana Julia se decida a contar, bien ante la Guardia Civil o ante el juez, lo que ocurrió, y las evidencias que pueda acumular la Benemérita, todo parece indicar que esta mujer aprovechó que había comido en Las Hortichuelas con el niño y el resto de la familia, para, en un momento determinado, cuando Gabriel se dirigía a casa de sus primos, invitarle a que subiera a su vehículo con cualquier tipo de disculpa, incluso la de ahorrarle el paseo, aunque fuera de cien metros.

A continuación le llevó hasta la finca de Rodalquilar, donde se habría consumado el crimen y escondido el cuerpo en un pilón cubierto de barro o en otro lugar. En las fotografías de Ana Julia que se han visto en los últimos días se observa que tiene una patilla de las gafas rotas y compuesta de forma chapucera con celo. ¿Hubo resistencia del niño al extrañarle lo que estaba ocurriendo y que no cuadraba con lo que le había dicho para que subiera al coche? De hecho, en la autopsia ha quedado acreditado que antes del estrangulamiento recibió una serie de golpes.

En el registro de la citada finca se han buscado evidencias de lo que ocurrió aquel día.