Opinión

Suicidio: buscar ayuda y dejarse ayudar

Docente del Grado de Psicología en UNIE Universidad

Lugar donde se ha producido el atracto, en la calle de Ricardo Ortiz, 38, en Madrid.
Calle de Ricardo Ortiz en Madrid donde una mujer cogió a sus hijos y se tiró de un décimo piso larazon

Caben pocas dudas, en el ámbito sanitario, de que el suicidio es el problema de salud más grave que nos puede afectar. De ahí que tenga que ser un asunto de máxima prioridad para todos. Disponer de información veraz y objetiva sobre la conducta suicida nos ayudará a profesionales y familiares a hacer todo lo posible para estar en mejores condiciones de identificar y prevenir.

La ideación o la conducta suicida está estudiada en psicoterapia de una forma rigurosa. Es la primera causa de muerte violenta en adultos, y la segunda en los jóvenes (de 15 a 25 años), en España. La experiencia acumulada de los y las psicoterapeutas nos ha permitido idear planes de seguridad y de intervención cada vez más eficaces. Cuando las personas pasan por una situación de crisis emocional pueden ser más vulnerables. Habría que destacar el consumo (o abuso) de drogas, tener determinados trastornos de personalidad, o aquellos en los que pueda existir una ruptura con la realidad, o la depresión mayor o bipolaridad, que aumentarían el riesgo –el 90% de los suicidios registrados presentan problemas graves de salud mental–. En estos casos, familiares, amigos, el entorno laboral, profesionales de la salud, etcétera, debemos estar preparados para ayudar a la persona.

Estos trastornos y circunstancias personales, emocionales, son tratables y susceptibles de mejorarse, por lo tanto, el suicidio se puede prevenir. Impedir que ocurran, en todos los casos, no es posible, desgraciadamente. En los últimos datos que adelantó el INE sobre el 2024 se observa una reducción de los suicidios, con respecto al mismo periodo del último año registrado, el 2023. Por lo que nos puede hacer pensar que se está tratando mejor pese a que sigue habiendo tabúes y estigmas. Y éstos generan dificultades para intervenir a tiempo.

Pensar en el suicidio significa estar atrapado en un estado de sufrimiento intenso y sostenido que distorsiona la percepción de salida de esta situación. Por eso es fundamental reconocer ese malestar y abordarlo con sensibilidad y sin estigmas. Debemos seguir atendiendo a esta realidad del ser humano mediante información fiable, acompañamiento adecuado y una atención sanitaria accesible y especializada para que podamos seguir avanzando en la prevención.

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