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Cómo convertirte en «youtuber»

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Cómo convertirte en «youtuber»larazon

Cuando Richard Riley se puso delante de toda la prensa y disparó la frase que lo hizo famoso, no sabía cuánta razón tendría. Riley fue Secretario de Educación de Estados Unidos y aseguró que, en 2010, los 10 trabajos más buscados podrían no existir en 2004. Si a esto le unimos que el Departamento de Trabajo de Estados Unidos aseguró que el 65% de los niños que cursan la escuela primaria (casi dos de cada tres) tendrán un trabajo que aún no conocemos, las perspectivas de futuro dan mucho en lo que pensar. A principios de 2004 no existían Facebook, Twitter o Youtube. Hoy hay quienes se ganan la vida conduciendo las redes sociales de las principales marcas, los community managers. Y también se consolidan los que hacen de YouTube su medio de vida. Uno que una década atrás no existía. El perfil de quienes lo consiguen es inequívocamente diverso. No se trata de jóvenes tecnológicamente nativos, sino de personas con intereses muy puntuales que no siempre generan un contenido estéticamente cuidado o cuentan con medios de alta calidad. Pero todos ellos generan una confianza, ya sea testando productos, entreteniendo o realizando actividades deportivas, que los ha convertido en los favoritos del público. Unas semanas atrás, un estudio realizado por la Universidad de Cambridge reveló que una de las profesiones más buscadas entre los jóvenes españoles es ser «youtuber», tener un canal propio en esta red y que le sirva de medio de vida. ¿Es esto posible? Jaume Rojo tiene voz de niño, pero no porque sea infantil. Sabe de lo que habla y lleva años en el medio. Tiene voz de niño porque transmite mucha ilusión por lo que hace. Quizá, más que transmitir, contagia. Jaume trabajó durante cinco años en importantes agencias de publicidad de España, pero a los 24 años se presentó al concurso NextUp. Se trata de un desafío mundial para futuros creadores de contenido en Youtube. Y lo ganó. El premio consistía en 20.000 euros y una capacitación en el centro de esta página web en Londres. A partir de ese momento Jaume despegó. «Me di cuenta de que de los diez vídeos más vistos en España, nueve eran para niños pequeños. Y se me ocurrió crear un canal con ese perfil – nos cuenta desde las oficinas de 2bTube, donde trabaja también como caza talentos–. Siempre me gustó contar historias, componer canciones... me pareció entonces un paso lógico. La universidad, donde estudiaba comunicación y publicidad, me parecía obsoleta en ese contexto. Y es que por primera vez en la historia la comunicación avanza más rápido que los programas educativos, que no contemplaban las redes sociales».

Hoy Jaume tiene 300.000 suscriptores, dos canales de Youtube (LittleRush para niños y RushSmith para adolescentes) ha colaborado con importantes marcas que le llaman sabiendo que tiene un público fiel y que sus productos llegarán a quienes quieran. «Las marcas nos ayudan a crecer como profesionales – explica Jaume –, son una herramienta para producir contenidos e ideas que de otro modo quedarían en un cajón. También son fundamentales las colaboraciones entre ‘‘youtubers’’. El trabajo en conjunto permite que se nos vea en otros canales, que nos atrevamos a hacer cosas diferentes».

Hay dos formas básicas de ganar dinero en YouTube. La más básica y conocida es comenzar subiendo un vídeo y aceptar publicidad de la página. Esta opción es la más rápida. El problema que tiene es que no es uno quien elige el producto que se anuncia y puede que no tenga nada que ver con nuestro contenido (lo cual no es tan grave) o puede que nos reste credibilidad al aceptar publicidad de una marca de la cual hablamos en el vídeo (lo cual es muy perjudicial). Para ello hay que unirse al programa Adsense... y crear algo que sea apetecible para los usuarios. La otra opción es recurrir a una «editorial». Del mismo modo que los escritores trabajan con una empresa que les garantiza la impresión, la publicidad, la distribución y respaldan al autor, los «youtubers» pueden trabajar con empresas que les faciliten todos los medios para que su contenido sea visto y puedan ganarse la vida de este modo. Daniel Callejón es el Talent Manager de 2bTube, la primera empresa española que trabaja con analistas de datos, de contenidos y especialistas para brindar a los «youtubers» españoles los medios más avanzados, como estudios de grabación o contactos con marcas, para realizar sus ideas. Callejón ya tenía experiencia en el medio audiovisual al haber trabajado en el grupo Antena 3. «Pero al igual que en la televisión – explica – no se sabe lo que tendrá éxito. ¿Claves para los que quieren iniciarse? Paciencia. Un canal no funciona a partir de un viral. Hay que crear contenidos que fidelicen a la audiencia. Y la confianza es algo que estudiamos mucho. Se necesita al menos un año para alcanzar el éxito. También es importante el público al cual esté dirigido el contenido, pero un buen nicho sin una personalidad interesante no sirve». Se dice habitualmente que se pagan unos 10 céntimos por cada mil visualizaciones. «Esto es muy relativo – aclara Callejón –. La cantidad no es fija y no sólo depende de las reproducciones. Hay un mínimo, lógicamente, pero las marcas invierten en lo que les interesa y no sólo se fijan en cuántas veces fue visto, también en el público (edad, ubicación geográfica) o en las interacciones del público. Todo esto es lo que nosotros analizamos». Para Jaume, la clave es «pasárselo bien. Si la gente ve que uno se lo pasa bien, también se entretiene. Otro factor es saber lo que uno quiere. Hay muchas personas con talento, pero no saben lo que quieren conseguir y se pierden».

La profesión de «youtuber» también ha permitido crear puestos como el de Callejón o recuperar y adaptar al nuevo formato expertos de otros campos. Para ser un «youtuber» no es necesario contar con grandes medios tecnológicos, pero tampoco basta con una idea. El medio es aún muy nuevo en este aspecto como para saber qué será tendencia. Pero lo que está claro es que es un formato que llegó para quedarse. «Es el futuro del entretenimiento – concluye Jaume –, puedo ver el contenido donde quiero y cuando quiero y en diferentes plataformas. Es la democratización del entretenimiento».