Ciencia y Tecnología

Un proyecto imita a las hormigas para reducir atascos

Enrique Alba, el investigador de la Universidad de Málaga que ha desarrollado el proyecto
Enrique Alba, el investigador de la Universidad de Málaga que ha desarrollado el proyectolarazon

Los atascos y el caos que se producen en la mayoría de ciudades en hora punta dejarán de ser un problema. Ese es el objetivo de un grupo de investigadores que ha creado un sistema para mejorar el tráfico basado en técnicas «bio inspiradas», que toma como referencia los movimientos de las hormigas y las aves.

Las hormigas son expertas en movilidad, capaces de dar la vuelta al mundo, y por ello son las principales inspiradoras de este sistema que prevé reducir el tráfico y el trayecto de viaje entre un 10 y un 15 por ciento, «sin grandes modificaciones en la ciudad y a bajo coste», ha indicado a Efe el director del proyecto, Enrique Alba.

«Analizamos cómo trabajan las hormigas y las bandadas de pájaros y trasladamos la idea al ordenador, esto permite crear una herramienta software muy potente que da soluciones donde las técnicas matemáticas hasta ahora no lo permitían», ha señalado el investigador de la Universidad de Málaga (UMA), pionero en España en aplicar estas técnicas.

Este sistema, que aún está en ejecución, se compone de dos partes, un paquete software cuya función es gestionar de manera correcta el tiempo de los semáforos para agilizar el tráfico, y una aplicación móvil en la que el usuario recibirá rutas personalizadas con las que llegar a su destino en el mínimo tiempo posible.

La función del Software consiste en servir de apoyo al centro de gestión del tráfico para decidir de la manera «más inteligente» posible el tiempo que pasan los semáforos en rojo, verde y ámbar para que los «los coches fluyan sin atascos», indica Alba, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática.

Antes de decidir el ciclo de los semáforos es necesario conocer lo que sucede en la ciudad, para ello el sistema cuenta con pequeños dispositivos equipados con tecnología Bluetooth y Wi-fi, que situados en los cajetines de las farolas o de los semáforos, contabilizan el número de vehículos que circula en cada momento.

Alba, mientras analiza junto a su equipo una recreación del tráfico en el centro de Málaga, señala que lo que distingue a este sistema del resto, es que es el único que estudia en profundidad la movilidad de la ciudad completa, «hay algunos similares, pero sólo examinan una parte del núcleo urbano», asegura.

La otra parte del proyecto es una aplicación móvil que, tras recopilar información de los sensores, ofrece al conductor una ruta personalizada para que llegue a su destino en el menor tiempo posible, la diferencia con dispositivos similares es que en ésta el itinerario varía en función de las circunstancias del tráfico en cada momento.

Esta iniciativa, surgida de la inquietud de un grupo de investigadores por trasladar su conocimiento al concepto de «Ciudad inteligente, tiene además un objetivo medioambiental, ya que, al agilizar el tráfico, no solo los conductores «están más cómodos», sino que además, se reduce la polución y por ende la contaminación.

El proyecto espera ver la luz a final de año y sus creadores ya han tenido contacto con varias ciudades de la República Checa como Ostrava y Praga, y con algunas americanas que se han interesado por el sistema, además en Málaga han realizado varias pruebas y una vez terminado será puesto a disposición del Ayuntamiento.

La inquietud de Alba y de su equipo de investigadores es conseguir que en los próximos años todos los conductores lleguen a tiempo a su destino sin usar mucho el claxon y que el medio ambiente se vea favorecido con esta manera «eficiente de gestionar los recursos existentes en la ciudad».