Todo listo para volver a buscar a Marta del Castillo

La espera ha sido interminable para la familia de Marta del Castillo. Los investigadores tienen muchos indicios para pensar que la séptima versión de Miguel Carcaño es la definitiva y las prospecciones con el georradar confirman varias irregularidades en el terreno que concuerdan con el lugar indicado por el asesino de la joven sevillana. Las lluvias caídas durante este año han retrasado la recogida del maíz durante tres semanas, pero las máquinas abandonaban la finca en la mañana de ayer. Todo está preparado.

Una patrulla de la Policía y varios agentes de paisano custodian la zona para evitar la entrada de intrusos desde hace meses. Este fin de semana, durante la recolecta, los investigadores han ido chequeando los datos del informe de la empresa cóndor georradar y han delimitado las zonas en las que se detectaron irregularidades con la termografía aérea, realizada con una cámara térmica situada en un helicóptero de la Policía Nacional. El informe resalta cuatro puntos en los que podría encontrarse el cuerpo de Marta, pero uno de ellos es especialmente significativo. Una zanja con forma de herradura coincide con la declaración del asesino confeso de Marta, condenado a 21 años de prisión. Situada muy cerca de la carretera de Sevilla, entre dos torres de luz, sin árboles cerca y desde dónde se puede visualizar una gasolinera, podría ser el primer lugar en ser investigado.

En esa zona, el maíz creció menos de lo normal, lo que podría ser indicador de que se hubiera enterrado alguna sustancia química, que podría ser cal viva, tal y como declaró Carcaño. De todas formas, no es la única zona que presenta irregularidades. La termografía aérea permitió localizar otros puntos, que podrían ser desde zanjas hasta pozos, que también deberán ser verificados. Luis Avial, responsable de Condor Georradar, realizó varias pruebas al principio del verano en las fincas colindantes.

Con el georradar, descartó al 95 por ciento la existencia de restos humanos en las fincas, exceptuando el maizal, en el que no pudo trabajar. Por ello, decidió realizar la prueba de la termografía aérea, que permite localizar desde el aire las zonas de tierra con temperaturas diferentes, lo que indica que la tierra tiene una densidad distinta, que existe algún elemento enterrado o que ha sido removida. Ahora, Avial deberá regresar a la finca para corroborar estos datos con el georradar. En primer lugar, habrá que analizar el estado del terreno porque después de la recolección se ha podido remover la tierra y eso podría distorsionar el resultado de las pruebas. Por ello, habrá que realizar un primer análisis y es posible que se requiera la presencia de máquinas para allanar el terreno. Tanto Avial como los investigadores están convencidos de que el cuerpo de Marta ha estado enterrado en esa zona y confían plenamente en que encontrarán el cuerpo.

De todas formas, existe la posibilidad de que durante estos cinco años el cuerpo haya sido sacado y enterrado en otro lugar, una opción que no ha sido descartada por los agentes que llevan el caso.

Mientras tanto, la familia de Marta del Castillo espera impaciente a que se reinicie la investigación. Antonio del Castillo ha supervisado durante este verano el estado del maíz en varias ocasiones para conocer de primera mano si se iban a cumplir los plazos. El maíz no ha sido recolectado con anterioridad porque supondría una gran pérdida económica para el propietario y se ha preferido esperar a que estuviera listo antes de tener que indemnizarle por ello.