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Todo el mundo tira los móviles viejos, pero contienen oro de 22 quilates y son los favoritos de los chatarreros

Viejos teléfonos, ordenadores obsoletos y otros dispositivos electrónicos que terminan en la basura pueden esconder un pequeño tesoro en su interior

Todo el mundo tira los móviles viejos, pero contienen oro de 22 quilates y son los favoritos de los chatarreros
Todo el mundo tira los móviles viejos, pero contienen oro de 22 quilates y son los favoritos de los chatarrerosFreepik

Puede que tú también tengas la noción de que la gente cambia de móvil cada vez en menos tiempo. La obsolescencia programada y el consumismo frenético han provocado que la mayor parte de la gente cambie de dispositivo en menos de 36 meses. Sin embargo, algo que casi nadie sabe es que de esas toneladas de dispositivos electrónicos que son desechados a diario sin que la mayoría de los usuarios sea consciente del pequeño tesoro que albergan en su interior, uno que los más avispados del sector de la chatarra han convertido en su particular mina urbana.

Teléfonos móviles que ya no reciben actualizaciones, ordenadores portátiles con baterías agotadas o simplemente televisores que han sido reemplazados por modelos más modernos. Todos estos aparatos, que a menudo terminan en el fondo de un cajón o directamente en la basura, comparten un secreto bien guardado en sus entrañas: contienen oro. No se trata de grandes cantidades, pero la suma de millones de dispositivos desechados anualmente representa una fortuna.

El secreto de los móviles desechados que vale su peso en oro

El oro es fundamental en la fabricación de componentes electrónicos debido a su alta conductividad y resistencia a la corrosión. Se encuentra principalmente en las placas base, esos circuitos impresos que son el cerebro de cualquier dispositivo electrónico. Los conectores y chips de estas placas están a menudo chapados en oro para garantizar una conexión fiable y duradera.

La concentración de oro en la basura electrónica es significativamente mayor que en el mineral extraído de las minas tradicionales. Se estima que una tonelada de placas de circuito puede contener hasta 100 veces más oro que una tonelada de mineral de oro. Este dato no ha pasado desapercibido para los chatarreros y recicladores, quienes han visto en la "minería urbana" una lucrativa oportunidad de negocio.

Sin embargo, separar el oro del resto de los componentes no es una tarea sencilla ni exenta de peligros. El método más extendido implica el uso de productos químicos altamente tóxicos y corrosivos. La mezcla de ácido nítrico y clorhídrico, conocida como "agua regia", es capaz de disolver la mayoría de los metales de las placas base, permitiendo que el oro, más resistente, se separe.

Este proceso, si no se realiza con las debidas precauciones y en instalaciones adecuadas, puede liberar vapores tóxicos y generar residuos peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. La manipulación de estos ácidos sin el equipo de protección adecuado puede provocar quemaduras graves y envenenamiento. Por esta razón, la extracción casera de oro de la chatarra electrónica está totalmente desaconsejada.

Además del oro, los dispositivos electrónicos contienen otros metales valiosos como plata, paladio y cobre, pero también sustancias peligrosas como plomo, mercurio y cadmio. La gestión inadecuada de estos residuos contribuye a la contaminación del suelo y el agua, con consecuencias devastadoras para los ecosistemas.

La alternativa sostenible: reciclaje especializado

Ante esta problemática, la solución más responsable es acudir a empresas especializadas en el reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Estas compañías cuentan con la tecnología y los conocimientos necesarios para desmontar los dispositivos de forma segura, separar los distintos materiales y recuperar los metales preciosos de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Empresas como Apple han desarrollado robots, como "Liam" y "Daisy", capaces de desensamblar iPhones a gran velocidad para recuperar sus componentes valiosos.

Asimismo, están surgiendo métodos de extracción más ecológicos. Investigadores de la universidad ETH de Zúrich han desarrollado una técnica que utiliza una esponja hecha de proteínas de suero de leche para absorber el oro de los residuos electrónicos disueltos en ácido. Con apenas 20 placas base antiguas, han logrado extraer hasta 450 miligramos de oro de 22 quilates, valorados en unos 40 euros.

Optar por el reciclaje especializado no solo evita la contaminación ambiental, sino que también fomenta la economía circular. Los metales recuperados pueden reintroducirse en la cadena de producción, reduciendo la necesidad de extraer nuevos recursos de la Tierra, una actividad con un alto impacto ambiental y social. De hecho, algunas joyerías ya están utilizando oro y plata reciclados de basura electrónica para crear nuevas piezas.

Así que, la próxima vez que un dispositivo electrónico llegue al final de su vida útil, recuerde que no es simple basura. Es una pequeña mina que, en las manos adecuadas, puede contribuir a un futuro más sostenible y, para algunos, a un negocio muy rentable.