Jardinería

Los tomates agradecen que los riegues a esta hora: crecen fuertes y sin quemaduras

Además del horario, es importante observar la humedad del terreno para no excederse ni quedarse corto con el agua

Los tomates agradecen que los riegues a esta hora: crecen fuertes y sin quemaduras
Los tomates agradecen que los riegues a esta hora: crecen fuertes y sin quemadurasFreepik

Para que las tomateras crezcan fuertes y produzcan frutos abundantes, uno de los factores clave es el momento en que se realiza el riego. Aunque puede parecer un gesto sencillo, regar estas plantas requiere cierto conocimiento para evitar daños y maximizar su desarrollo.

Las tomateras son especialmente sensibles a las condiciones ambientales y el agua aplicada en horas inoportunas puede provocar quemaduras en las hojas y los frutos o favorecer la aparición de enfermedades. Por ello, los especialistas recomiendan regar preferentemente a primera hora de la mañana, cuando las temperaturas son bajas y la evaporación mínima. Así, la humedad permanece en el suelo y sobre las hojas el tiempo suficiente para ser absorbida, evitando el estrés hídrico y protegiendo la planta del calor intenso durante el día.

Otra opción viable es regar al atardecer, cuando el sol comienza a ocultarse y el ambiente se refresca. En este momento, el agua puede penetrar profundamente en la tierra sin evaporarse rápidamente, llegando eficazmente a las raíces que sostienen la planta. Sin embargo, no es aconsejable regar durante las horas centrales del día, ya que el sol fuerte provoca una rápida evaporación del agua y puede dañar las hojas por efecto lupa, aumentando el riesgo de quemaduras.

Además del horario, es importante observar la humedad del terreno para no excederse ni quedarse corto con el agua. Una buena práctica consiste en introducir un dedo o una herramienta fina en la tierra para verificar si esta está seca en profundidad antes de regar. En verano, lo habitual es mantener un riego diario, siempre adaptando la cantidad según la temperatura y el estado de la planta.

Con un cuidado adecuado en los horarios y la cantidad de riego, se garantiza un desarrollo sano de las tomateras, fomentando una floración vigorosa y una cosecha abundante y de calidad.