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Ni vinagre ni bicarbonato: el truco definitivo para limpiar la suciedad incrustada en el horno sin esfuerzo

Si se utiliza este electrodoméstico con frecuencia, lo más recomendable es hacer una limpieza a fondo una vez por semana

Ni vinagre ni bicarbonato: el truco definitivo para limpiar la suciedad incrustada en el horno sin esfuerzo
Ni vinagre ni bicarbonato: el truco definitivo para limpiar la suciedad incrustada en el horno sin esfuerzoPexels

Cuando se trata de limpiar la cocina, uno de los problemas más frustrantes suele ser el horno. Esa mezcla de grasa requemada y restos de comida adheridos a bandejas y paredes parece resistirse incluso a los productos más potentes. Hasta ahora, muchos recurrían a la típica combinación de vinagre y bicarbonato, un clásico de los trucos de limpieza caseros. Sin embargo, existe un método aún más sencillo, económico y eficaz, que además no requiere de mezclar ni buscar ingredientes especiales: el uso del limón. Su alto nivel de acidez lo convierte en un desengrasante natural de primer nivel.

El procedimiento es tan fácil como efectivo. Basta con cortar un limón por la mitad y frotar directamente sobre las superficies sucias del horno o las bandejas. Lo ideal es dejar que el zumo actúe entre 10 y 15 minutos para que pueda penetrar bien en las capas de grasa. Después, se retira con una esponja húmeda o un paño suave. Si se busca un resultado todavía más eficaz, se puede precalentar el horno a baja temperatura antes de aplicar el limón, lo que ayudará a ablandar la suciedad.

En casos más complicados, donde la grasa esté muy incrustada, se recomienda complementar el proceso con un poco de agua caliente mezclada con unas gotas de detergente. Aplicada con un pulverizador, esta solución ayuda a desincrustar lo que el limón ha reblandecido, facilitando así la limpieza final.

Aunque este truco puede dejar el horno como nuevo, lo ideal es evitar llegar a ese punto de suciedad. La clave está en la constancia: una pasada rápida tras cada uso (especialmente si ha habido derrames) puede evitar la acumulación. Y si se utiliza con frecuencia, una limpieza más a fondo una vez por semana es lo más recomendable. Para quienes lo usan esporádicamente, una puesta a punto cada dos meses es más que suficiente.